Su presencia, cada vez más estable en los cursos fluviales -ríos y arroyos-, embalses y lagunas, levanta cierta dosis de optimismo en cuanto al futuro de una de las especies más representativas de la fauna ibérica.

Un reciente estudio hecho público por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) en diferentes embalses e instalaciones gestionadas por este organismo, ha logrado caracterizar las poblaciones de nutria en esta cuenca hidrográfica y determinar la afección y adaptación a las diferentes infraestructuras hidráulicas realizadas en las últimas décadas.

Entre los datos más significativos destacaba los que han permitido afirmar que la presencia de esta especie en la cuenca del Guadiana está suficientemente asegurada y que ha sido capaz de adaptarse a las diferentes infraestructuras realizadas en los últimos tiempos, si bien en la actualidad ocupa hábitats donde cubre mejor sus necesidades.

Según se recoge en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, la nutria necesita de riberas que cuenten con un mínimo de cobertura vegetal, puesto que le resultan indispensables para albergar sus madrigueras y refugios de cría.

Esta especie necesita de aguas y alimentos no muy contaminados, prefiriendo los tramos medios y bajos de los ríos, aunque también se la suele encontrar en las colas de los embalses y lagunas, donde vive de forma sedentaria.

El adecuado mantenimiento de los espacios de ribera y de los cursos de agua resulta fundamental para su futuro, así como la mejora de la calidad de las aguas, que en los últimos años se ha visto favorecida por la puesta en marcha de nuevas estaciones depuradoras de aguas residuales.

Los datos optimistas que surgen de éste reciente estudio no deben ocultar las amenazas que aún se ciernen sobre la especie, como son la muerte causada por el hombre, la contaminación o el aumento del aislamiento entre las distintas poblaciones, tal y como se recoge en el Catálogo de Especies Amenazadas editado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.

Los datos aportados por el estudio de la Confederación Hidrográfica del Guadiana se corresponden a sólo una parte del territorio de Castilla-La Mancha, la cuenca del Guadiana.

Para conocer la distribución de la nutria en la región, hay que remitirse a los resultados del estudio realizado por Miguel Delibes y Alejandro Rodríguez en 1990 bajo el título "La situación de la Nutria en España".

Este estudio reconocía que la cuenca del Guadiana en Ciudad Real es la más rica en nutrias de la Península, con casi un 60 por 100 de muestreos positivos.

En la provincia manchega, los autores del trabajo de campo (Carlos Sunyer y Paloma Barrachina) coincidieron en apreciar la bondad del hábitat para la nutria en el río Bullaque en Piedrabuena, en el Guadiana a su paso por Puebla de Don Rodrigo o el río Bañuelos en Malagón, aunque la mejor población aparece en las cuencas del sector occidental de Sierra Morena.

En el resto de la provincia perteneciente a La Mancha, la nutria sólo aparece en el río Guadalmena (cuenca del Guadalquivir) y curso bajo del Jabalón.

A lo largo del Tajo la nutria se encuentra bien representada en los cursos altos de la serranía de Cuenca y, sobre todo en la mitad oriental de Guadalajara y medio-bajo, aguas abajo de Talavera de la Reina (Toledo), después de que las aguas se recuperen de la intensa contaminación que reciben en la provincia de Madrid y al paso por la ciudad de Toledo, como constataron Carlos Sunyer, Paloma Barrachina y Julia Espina en el estudio provincial.

La población de nutrias de la cabecera del Tajo es una de las mejores del tercio oriental de la Península, aseguran los autores del estudio.

En Albacete, Mario Giménez, Toni Guillén y Miguel Ángel Sánchez concluyeron que la nutria mantenía un buen nivel poblacional en la zona de la sierra, faltando prácticamente en todo el resto de la provincia, excepto en el Júcar.

En Cuenca, el trabajo presentado por José Luis López-Sancho, Paloma Barrachina y Vicente Urios señala que la provincia mantiene nutrias en gran parte de sus aguas, siendo la zona de Serranía la más favorable, y La Mancha aquélla donde se detectan mayores problemas.

Por lo que respecta a la provincia de Guadalajara, Juan Jiménez, Manuel Roldán e Ignacio Lacomba aseguraron en las conclusiones de sus estudios, que la situación de la nutria es una de las mejores de la porción oriental de España.