Debby había vivido en estas instalaciones desde 1967, un año después de ser capturada cuando era tan sólo una cachorra en el Ártico Ruso. Durante estos años, tuvo seis oseznos y vivió muchos años con su pareja, Skipper, que murió hacia varios años, cuando tenía una edad de 34.

Debby está considerada por el Libro Guiness de los Records como el oso polar más viejo del mundo, ya que aunque en la vida salvaje pueden llegar a vivir más de 30 años, la mayoría de ellos ni siquiera llega a la veintena.