El sistema, desarrollado por el Centro Español de Servicios Telemáticos (CESTEL), permite a las personas con deficiencias auditivas hablar a través de vídeo-llamadas que son interpretadas en el momento por expertos que les comunican con quienes deseen.

Cuando el centro de intermediación recibe una llamada de vídeo de la persona sorda, el traductor de signos realiza una llamada de voz al número indicado por éste y los pone en contacto, realizando su labor de interpretación.

El servicio también posibilita que cualquier oyente pueda llamar a una persona sorda a través del centro de intermediación.

A partir de enero, la CNSE pretende ampliar el sistema a todas las provincias con una delegación de esta organización.

Entre los canales utilizados para enviar vídeo-llamadas (al centro de intermediación) figuran un móvil 3G, un software instalado en un PC con conexión a internet o un dispositivo que se sitúa sobre el televisor para ver las vídeo-conferencias en la pantalla del receptor.

Hasta ahora, las personas sordas tenían que desplazarse a la sede del CNSE de su provincia para ponerse en contacto telefónico con la persona deseada.