El portal estaba en el punto de mira desde que en marzo pasado el fiscal general del estado de Connecticut, Richard Blumenthal, aceptara una queja sobre los anuncios de prostitutas, a menudo con fotografías explícitas, tarifas por hora y descripciones detalladas de los servicios que se ofrecían.

Craiglist es una plataforma que recibe anuncios clasificados de todo el mundo y sobre todo es popular por el intercambio de objetos de segunda mano entre sus usuarios.

La mayoría de los anuncios que se cuelgan en esta web son gratuitos, salvo en categorías como vivienda y empleo, algo que han aprovechado las meretrices para ahorrarse los costes de los periódicos y otros soportes.

Pero a partir de ahora los que quieran anunciar sus servicios en esta página deberán dar su número de trabajo y pagar una cuota con una tarjeta de crédito válida.

Según el acuerdo, el portal facilitará esta información a las autoridades en caso de que detecten algún delito o les sea requerida.

"Esperamos que las prostitutas dejen de utilizar Craigslist para saltarse la ley, sabiendo que sus anuncios pueden acabar con una detención y un condena", expresó Blumenthal en un comunicado.

Además de Connecticut, el Distrito de Columbia y 39 estados más se sumaron a este pacto, así como las Islas Vírgenes y Guam, para que en sus territorios se impongan estas normas cuando se registren anuncios con contenido sexual.

Craigslist ha anunciado que demandará a 14 compañías de software e internet que han ayudado a burlar los sistemas de seguridad de la web para colgar estos anuncios y saltarse las normas sobre contenidos inapropiados y actividades ilegales.

El portal también se ha comprometido a ayudar a las autoridades a encontrar niños desaparecidos y víctimas de la trata de seres humanos.

El fundador de esta web, Craig Newmark, comenzó esta web como un hobby en 1995 y ahora tiene sitios web en más de 50 países.

En Estados Unidos se calcula que cuenta con casi 40 millones de usuarios.