"Mapocho Urbano Limpio" es el nombre del innovador proyecto de la empresa Aguas Andinas que tiene como objetivo descontaminar las aguas del río, que experimentará uno de los mayores cambios de su historia, para convertirse en un afluente sin malos olores.

El plan prevé cerrar las 21 descargas de aguas residuales que llegan al cauce y la construcción de un colector subterráneo de 28 kilómetros paralelo al río hasta desembocar en las plantas de tratamiento de La Farfana y El Trébal, al oeste de la ciudad.

El proyecto tiene un costo de 113 millones de dólares (algo más de 72 millones de euros) y se estima que su construcción se demorará unos 18 meses, por lo que podría funcionar a fines de 2009, explicó a Efe el jefe de comunicaciones de Aguas Andinas, Cristián Esquivel.

La reducción de aguas residuales forma parte de un plan nacional que comenzó en 1990 y la meta de las autoridades es que para 2012 todas esas aguas en la capital sean recicladas.

Hace 18 años, Santiago trataba sólo el 3 por ciento de sus aguas negras, porcentaje que hoy es de 72,7%.

"Con el proyecto Mapocho Urbano Limpio la cobertura de tratamiento se ampliará hasta casi un 87 por ciento", señaló la encargada de comunicaciones de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, María Sol Panella.

El 13 por ciento restante se logrará con la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas residuales que la sanitaria Aguas Andinas planea construir en dos años más, agregó.

Santiago de Chile se convertirá así en la primera capital latinoamericana en tener sus aguas residuales saneadas en un cien por ciento para el año 2012, subrayó Esquivel.

El Mapocho, que en la época colonial tuvo aguas cristalinas y potables, cambió para fines del siglo XX, cuando el uso de sus aguas para regadío provocaba enfermedades como cólera, tifus, hepatitis y paratifus, debido a la gran cantidad de bacterias que contenía.

Por eso, su limpieza también beneficiará al sector agropecuario, porque se recuperará el cultivo agrícola en hectáreas regadas con aguas descontaminadas.

Durante años el Mapoco ha albergado a vagabundos que duermen bajo sus puentes, a delincuentes que se esconden en su penumbra, a enamorados que pasean por sus alrededores, y durante la dictadura (1973-1990) también fue escenario de los crímenes de los represores.

Pero ahora el plan de descontaminación le devolverá la vida a sus riberas para ser utilizadas como espacios públicos y recreativos.

"Al tener un cauce descontaminado podrán usarse sus riveras para proyectos urbanísticos interesantes, como ocurre, por ejemplo, con el Sena en París", señaló Panella.

Algunas personas o instituciones ya han puesto sus ojos en el Mapocho para hacer que la ciudad que hoy le da la espalda al río, vuelva a integrarlo y los ciudadanos puedan disfrutarlo.

Es el caso de la Fundación Futuro, institución que trabaja en el llamado "Proyecto Mapocho Navegable".

La intención es transformar el río "para que puedan celebrarse actividades náuticas y recreativas", precisó el coordinador del proyecto, Santiago Valdés.

Esclusas de goma formarán un muro de contención del agua que regulará el cauce del río en periodos en que el caudal lo permita, lo que formará lagunas, a modo de piscinas gigantes.

La iniciativa -que aún no está aprobada por las autoridades- tiene un costo de 39 millones de pesos (78.000 dólares, casi 50 millones de euros), que debe financiar en un 50 por ciento la Fundación Futuro y el resto inversionistas privados.

"Le cambiará la cara a la ciudad", asegura esperanzado Valdés.