Según la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), dependiente del ministerio del Interior, la erupción del volcán de 3.210 metros de altitud, podría determinar que en las próximas horas se ordene el desalojo de las personas que viven en sus alrededores.

Esta actividad se produce seis meses después de que el Llaima entrase en erupción y provocara un río de lava de más de dos kilómetros.

En esa oportunidad, la columna de humo y cenizas se elevó tres kilómetros sobre el cráter del volcán, situado a 76 kilómetros al este de Temuco y a unos 700 kilómetros de Santiago, en la cordillera de Los Andes, y también afectó a la localidad argentina de Neuquén, cuyo aeropuerto fue cerrado.

Las violentas explosiones obligaron esa noche a centenares de personas a abandonar sus hogares y a guarecerse en los refugios autorizados por el gobierno, que evacuó a un total de 193 turistas que recorrían la zona junto a ocho empleados del Parque Nacional.

La Directora de ONEMI, Carmen Fernández, señaló hoy que el volcán ha sido vigilado estas últimas semanas y seguirá en observación por medio de la estación sismográfica que se encuentra en el sector.

Según el Servicio Nacional de Geofísica y Minería, desde mayo de 2007 el Llaima ha presentado una actividad sísmica ligeramente anómala acompañada, esporádicamente, por pequeñas emisiones principalmente de ceniza y vapor de agua.

Desde 1640 se han registrado más de medio centenar de erupciones de este volcán.