Pero esta vez el animal de playa (en su idioma "strandbeest") no ha sido diseñado y construido sólo por Jansen, que ha trabajado, mano a mano, con los quince alumnos que participan en el curso "Construyendo vida" de la UIMP en Santander.

Jansen ha explicado hoy a los periodistas que este nuevo "animal de playa", más pequeño que la mayor parte de sus creaciones, ha sido diseñado en un tiempo récord, tan sólo ocho horas, que le haría merecedor de entrar en el libro Guiness, porque él necesita tres semanas para hacer ese mismo trabajo.

El creador holandés abandonó sus estudios de Física en la universidad para dedicarse a la pintura pero la ciencia le seguía llamando y en seguida empezó a interesarse por la robótica y la aeronáutica.

Tras construir en los setenta un platillo volante, con el que consiguió aterrorizar a los habitantes de la ciudad holandesa de Delft, y un robot capaz de pintar, él solo, grafitis en las paredes, en los ochenta comenzó a sentirse atraído por la creación de vida artificial.

Fue hace 18 años cuando inició su proyecto "Strandbeest", que ya va por la vigésimo quinta generación de animales cinéticos, unas criaturas que espera sigan evolucionando hasta que puedan vivir y sobrevivir en las playas y se conviertan en inmortales. Según su creador, eso ocurrirá dentro de unos cuatro años.

Theo Jansen, que protagonizó, junto a uno de sus animales de playa, un anuncio publicitario de la marca de coches BMW en 2006, ha recordado los primeros pasos de esta particular historia de la evolución darwiniana, cuando sus creaciones, con unas estructuras muy básicas, se movían mal y no aguantaban demasiado tiempo sin caer patas arribas.

De todas formas, ha destacado, en ese tiempo aprendió mucho de mecánica, lo suficiente como para que sus animales, cuyos esqueletos están hechos de tubos, donde introduce cables eléctricos, se hicieran cada vez más complejos.

La generación actual es capaz de moverse incluso cuando no hay viento porque tiene un mecanismo fabricado con botellas de plástico que le permite almacenar energía pero, por el momento, no les puede dejar demasiado tiempo solos.

Los periodistas le han preguntado que si, al margen de su dimensión artísticas, sus obras podrían tener en el futuro alguna utilidad y él no ha descartado un posible uso agrícola porque pueden desplazarse por los humedales.

A sus sesenta años, ha confesado, lleva un tiempo en el que alterna periodos de depresión y de creatividad. En las noches de insomnio es capaz de idear un animal tras otro, que luego se quedan en nada cuando llega la mañana, pero después llegan días fructíferos para su trabajo artístico.

"Animalis Sabulosa" y "Animalis Rhizoneros" son algunos de los nombres que han recibido algunas de sus criaturas y la que ha construido en el Palacio de la Magdalena de Santander ha sido bautizada como "Animalis Andrea". Una de sus alumnas le preguntó cómo a iba llamarse la nueva bestia y él decidió que muy bien podía llevar el nombre de la estudiante.

Theo Jansen ya ha dado vida a la nueva "strandbeest" y en las dos jornadas de curso que quedan acompañará a sus alumnos a un supermercado para que elijan su propio material creativo e intentará responder ante ellos a una pregunta: "¿cómo hizo Dios su trabajo?".