Los inventores son el profesor Pedro Antonio García Ruiz, del Departamento de Química Orgánica, y Francisco García Cánovas, del Departamento de Bioquímica A, junto con la doctoranda María Elisa Marín Zamora.

Esta invención permite obtener mediante catálisis enzimática productos como L-dopa, L-metildopa o dopamina, medicamentos contra la enfermedad de Parkinson, o medicamentos contra reacciones alérgicas graves y para estimular el corazón, como la adrenalina, entre otros.

Los procedimientos que se utilizaban hasta ahora para conseguir determinados compuestos mediante catálisis con la enzima tirosinasa no eran rentables, porque una vez obtenidos los productos deseados la propia enzima cataliza su degradación oxidativa.

El procedimiento ideado por los citados investigadores impide esa degradación y minimiza el consumo de ácido ascórbico, necesario en el proceso, logrando rendimientos muy altos en producto final, según han indicado.

La investigación ha sido realizada en los laboratorios del grupo de investigación que dirige el doctor Pedro Antonio García Ruiz mediante el uso del procedimiento de inmovilización de enzimas desarrollado por el mismo, que ha despertado el interés de investigadores de otras universidades.