Con el lema "Pan en lugar de biocombustibles", miembros de la organización ecologista amontonaron panes sobre una mesa y acusaron a la CDU y al SPD de ser "corresponsables de la crisis mundial alimenticia".

Ulrike Kallee, una experta en biomasa de la organización, señaló que a partir de cien kilos de trigo se pueden obtener, bien cien panes, o bien cerca de 40 litros de etanol para biocombustible, según lo cual, un todoterreno consumiría un pan cada dos kilómetros.

Denunció que los biocombustibles están jugando un papel determinante en el actual incremento del precio de los productos básicos, como lo muestran los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), quien atribuye esta subida al aumento de la producción de trigo y maíz destinada a los biocarburantes.

También el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ven en el biocombustible una causa fundamental de las últimas subidas de los precios en los alimentos, apuntó Kallee.

Sin embargo, hace dos semanas la canciller alemana atribuyó el encarecimiento de los alimentos a las políticas agrarias de los países en vías de desarrollo y a los nuevos hábitos alimenticios, pero no a la producción de biocombustibles.

Por ello, Kallee manifestó que el Gobierno de Merkel "está mal asesorado si apuesta por los combustibles", al tiempo que calificó de "poco cristiano" el hecho de que "en África, Asia o Sudamérica" no puedan proveerse de pan "por culpa" de políticas gubernamentales como la de Alemania.

"Repostar con biocombustibles significa más hambre y menos selva", sentenció la activista, quien apremió a que, a un mes de la celebración en Bonn de la Conferencia Mundial de la ONU sobre biodiversidad, "Alemania tiene que dar una señal clara de que los agrocombustibles son el camino equivocado".

Kallee señaló que "lo realmente necesario" es "disponer de coches de bajo consumo y reducir el gasto energético", al tiempo que arremetió contra el Ejecutivo de Merkel por "proteger los intereses de la industria automovilística".