La supervivencia de esta especie, que suele habitar en las selvas lluviosas de la costa pacífica de Colombia, se ha visto condicionada por los problemas de la rápida deforestación que padece últimamente esa zona del Planeta, han explicado fuentes de Terra Natura.

Para evitar su peligro de extinción, los responsables del parque de naturaleza de Benidorm tratan de fomentar su procreación en cautividad.

Esta especie animal segrega, a través de las glándulas de su piel, una toxina única paralizante, y la cantidad generada por una sola rana sería capaz de causar la muerte a cerca de 20.000 ratones de laboratorio.

Los pueblos nativos de Colombia emplean su veneno para la caza, impregnándolo en las flechas y dardos.

A pesar de tener un veneno letal, los ejemplares que permanecen más de un año fuera de su entorno se vuelven prácticamente inofensivos, ya que pierden casi todo el veneno, según las mismas fuentes.