La cumbre del Grupo de los Ocho (países más industrializados y Rusia), que se celebra en julio en la región montañosa del Lago Toya, pondrá a Hokkaido en el punto de mira internacional y por ello desde la isla más septentrional de Japón no se escatiman esfuerzos para ser considerados ejemplo de ecologismo.

Las autoridades de la isla hicieron esta semana un llamamiento a los habitantes de Hokkaido para que pongan su granito de arena a la lucha contra el cambio climático y reduzcan las emisiones de gases contaminantes de cada hogar en un 10 por ciento, lo que equivale a 1,1 kilos diarios.

Además, varias empresas han empezado a buscar la manera de llevar a cabo sus actividades profesionales de forma que se contamine lo menos posible, utilizando los recursos naturales de los que dispone Hokkaido, como la nieve.

Es precisamente la nieve, que cada año cubre una gran parte de la isla hasta mediados de abril, la clave de una avanzada técnica ecológica de almacenamiento que permite conservar durante meses miles de toneladas de arroz de gran calidad, conocido como "arroz de nieve".

Una fábrica situada en la ciudad de Numata, la Snow Cool Rice Factory, almacena hasta 2.500 toneladas de arroz en 55 tanques especiales, hasta que la condensación de agua de sus granos es del 14,5 por ciento, la perfecta según los promotores de esa técnica.

El arroz se conserva a una media de cinco grados, para evitar su congelación o la posibilidad de que se estropee, y en un ambiente con un 70 por ciento de humedad, desde su cosecha en septiembre hasta su distribución, que concluye en julio.

Esas condiciones se consiguen gracias a 15.000 toneladas de nieve que se almacenan en un depósito y que hacen las veces de sistema de refrigeración para toda la fábrica a través de un mecanismo de ventiladores que distribuye el aire frío por toda la planta.

"Una tonelada de nieve puede generar la misma energía que diez litros de combustible y, con la nieve, reducimos hasta 28,6 kilos las emisiones de gases contaminantes", dijo a Efe Isao Ito, uno de los promotores de Snow Cool Rice Factory.

"La única electricidad que se consume en la fábrica es la iluminación y la que activa los ventiladores", explicó.

El resultado, según sus promotores, es un arroz de gran calidad que se vende entre 200 y 300 yenes (1,94 y 2,91 dólares) más caro por kilogramo y se distribuye desde enero hasta julio en Japón y Taiwán.

De momento sólo tres fábricas del país, todas ellas en Hokkaido, tienen esa innovadora técnica que se está empezando a utilizar para la conservación de otros alimentos, principalmente verduras, y la climatización de hogares particulares.

En la isla de Hokkaido, las autoridades locales han puesto en marcha también proyectos educativos sobre el impacto negativo de los seres humanos en el medio ambiente y son muchas las empresas que esfuerzan porque sus productos se fabriquen de manera sostenible.

Además, están repartiendo información sobre cómo contaminar menos y han pedido a cada uno de los 5,6 millones de habitantes de Hokkaido que planten 30 árboles durante toda su vida para compensar parte de su impacto negativo en el planeta.

En 1997 el Gobierno nipón se comprometió a reducir en un 8 por ciento el nivel de sus emisiones contaminantes en 2012 con respecto a las registradas en 1990, en el Protocolo de Kioto, pero la realidad es que emite casi un 8 por ciento más que entonces.