Tras la celebración de la decimoséptima cumbre UE-Japón, sus líderes expresaron su "profunda preocupación" por el aumento de los precios de los alimentos y señalaron la necesidad de llegar a un "acuerdo global" contra el cambio climático, para establecer "metas cuantificables de reducción de las emisiones a largo plazo".

"Las metas que nos hemos establecido son ambiciosas pero posibles", señaló Jose Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea (CE), en rueda de prensa.

Barroso recordó que la UE se ha propuesto recortar en un 20 por ciento las emisiones de gases contaminantes para el año 2020, con respecto a las registradas en 1990.

"Podemos incluso ampliar el compromiso al 30 por ciento, pero sólo en caso de que todas las economías desarrolladas nos ayuden. Es necesario llegar a un acuerdo global", añadió Barroso en posible alusión a EEUU, que no firmó el protocolo de Kioto en 1997.

La UE y Japón ratificaron el compromiso de trabajar juntos para que en la cumbre del G8, que se celebra en julio en la isla de Hokkaido (norte de Japón), se establezca un marco global más concreto para la lucha contra el calentamiento global.

Decidieron además llegar a una conclusión al respecto antes de diciembre de 2009, cuando se celebrará la cumbre de Copenhague.

Sobre las diferencias entre las propuestas de Japón, que planteó que las reducciones de gases contaminantes se establezcan de manera sectorial, y de la UE, que pide un recorte global y vinculante, coincidieron en que no hay una única solución al problema.

"Nuestras propuestas son ligeramente diferentes porque somos economías diferentes. Lo importante es que estamos de acuerdo en la meta fundamental de que todos los países desarrollados tienen que comprometerse", dijo Janez Jansa, primer ministro de Eslovenia, país que ocupa la presidencia rotatoria de los 27 miembros de la UE.

Durante la rueda de prensa, en la que participó además el primer ministro nipón, Yasuo Fukuda, los líderes destacaron su fuerte apoyo al establecimiento de la Sociedad Internacional de Cooperación para la Energía Eficiente (IPEEC, en inglés), desarrollada entre ambas partes con la colaboración de países como EEUU.

Sobre la economía mundial, ambas partes manifestaron su "preocupación profunda" por el aumento del precio de los alimentos y el combustible.

Ese incremento de los precios "podría ralentizar el crecimiento de la economía global y tener efectos negativos tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo", según un comunicado conjunto hecho público hoy.

Además, los líderes de las dos partes acordaron mejorar la comunicación sobre la calidad de los productos alimentarios que se vendan en ambas regiones, especialmente los procedentes de China.

Japón y UE expresaron su preocupación por la inestabilidad actual del sistema financiero global e instaron a los países a reducir los desequilibrios en cuanto a sus balanzas de cuenta corriente.

Además reiteraron la necesidad de que las economías más importantes lideren la ayuda al desarrollo, especialmente la destinada a África, y el compromiso de la UE y Japón en el mantenimiento de la paz mundial.

A este respecto manifestaron "serias inquietudes" sobre el enriquecimiento nuclear de Irán y acordaron una mayor cooperación para el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano y en las negociaciones sobre los secuestros de Pyongyang sobre ciudadanos japoneses durante los años 70 y 80.

Los participantes, que calificaron la cumbre de "muy positiva", la dieron por finalizada con el objetivo de volver a encontrarse en la cumbre del G8, desde donde se comprometieron a lanzar un "mensaje sólido y coherente" sobre la economía mundial.