"Os prometo que no estoy interesada en el e-mail que enviáis contando lo que hicisteis en Navidades", señaló la primera ministra en funciones Julia Gillard. "Esto se trata de vigilar nuestra infraestructura. Si nuestro sistema bancario o si nuestro sistema electrónico se colapsan obviamente habría graves consecuencias para la sociedad", añadió. "Y queremos estar seguros de que estamos a salvo de cualquier ataque terrorista", sentenció Gillard.

Esta nueva ley ha planteado serias críticas entre los grupos pro defensa de las libertades civiles. "Es más probable que lo usen como una caza de brujas más que para proteger a Australia de cualquier ciberataque", comentó la integrante de Fronteras Electrónicas (grupo que representa a los usuarios de Internet), Dale Clapperton.

La actual ley de Telecomunicaciones expira en junio de 2009 y sólo autoriza a las agencias de seguridad a revisar la comunicación de sus empleados sin su consentimiento.