La obra no se conforma con ser divulgativa, sino que también es una reflexión que ofrece una visión científica de la naturaleza, desde las matemáticas hasta los sueños, y en última instancia es una "visión laica y respetuosa del mundo", ha explicado hoy en conferencia de prenda Sánchez Ron, que es catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid.

"Tanto en los dibujos como en los textos, esa dimensión humana de la ciencia está presente", ha agregado.

Mingote, a su vez, ha indicado que en el libro se habla "de la obra de Dios".

El libro tiene humor, pero también un sentimiento "agridulce" de la realidad, ha indicado Sánchez Ron, ya que la ciencia "no nos hará mejores, ni más felices, sí más dignos".

"La ciencia y la economía...", ha apostillado Mingonte con ironía.

El dibujante, escritor y periodista, que ha ilustrado principios científicos y personajes, ha definido la historia de la ciencia como una novela apasionante de aventuras de tipos extraordinarios y fantásticos, de éxitos y fracasos, que siempre continúa.

El primer científico fue aquel que se preguntó por qué pasaba algo y trató de averiguarlo, ha señalado Mingote, y Sánchez Ron ha confirmado: "La curiosidad es la madre de la ciencia".

Éste ha manifestado la esperanza de ser más libres a través de la ciencia, que ha librado a la humanidad de muchos mitos y supersticiones.

La obra quiere contribuir a que el conjunto de la sociedad posea una cierta cultura científica, a que la ciencia no sea algo extraño y oscuro para la mayoría, sino algo importante y entretenido, más en un mundo globalizado dominado por internet.

Según los autores, ambos miembros de la Real Academia Española, un persona que se considere educada no puede ignorar de qué tratan la mecánica newtoniana, la evolución de las especies, la relatividad especial y la general o la mecánica cuántica, cómo es posible que vuelen los aviones o qué es el ADN y cómo se transmiten los rasgos de padres a hijos, el teorema de Pitágoras o el origen y composición del Universo.

Tampoco puede desconocer quiénes fueron Gödel, Hilbert, Poincaré, Harvey o Gauss.

"La ciencia constituye un mundo maravilloso, absolutamente fascinante. Y sin embargo, \u00A1se la conoce tan poco!", lamenta Sánchez Ron en el libro.

Justificarse con el "yo soy de letras" no sirve; "Yo soy de letras -ha dicho Mingote- y me ha apasionado este libro", dirigido a niños, jóvenes, adultos y "mayores", que no requiere saberes científicos básico previos pues su objetivo es transmitirlos.

Se ha procurado explicar los términos científicos más complejos y evitar en lo posible el exceso de fórmulas, que se compensan de sobre con la atracción de las ilustraciones, según Sánchez Ron.

El libro, editado por Crítica, se estructura en tres capítulos: ¿Qué es la ciencia?, El Universo y La Vida, que explican ideas y métodos científicos y cuentan las aportaciones de 40 científicos (sólo una mujer, madame Curie) en 270 páginas y 50 ilustraciones, en las que también aparecen el escritor y el dibujante.

La portada representa una manifestación con varias fórmulas escritas en pancartas y la del agua en un botijo.

Según Mingote, la ilustración que más esfuerzo y diversión le ha supuesto es la de Ptolomeo y Copérnico con sus respectivas teorías geocéntrica y heliocéntrica.

Preguntado por si el humor tiene algo de ciencia, Mingote ha respondido que es producto de la evolución humana: "El hombre evolucionado tiene humor".

En relación con la ciencia en España, Sánchez Ron ha indicado que ha mejorado mucho, pero no está tan claro que haya disminuido la distancia relativa general que la separa de los países más avanzados.

El problema, ha opinado, es que una o dos generaciones de científicos muy bien preparados se plantean salir al extranjero porque no encuentran estabilidad en España o no se les deja asumir responsabilidades en organismos públicos de investigación ni en la industria privada.