Éste fue uno de los controvertidos asuntos que debatieron los especialistas invitados por el Instituto Roche al curso "Genética, Genómica y Medicina Individualizada", celebrado este fin de semana en Aranjuez y dirigido a los medios de comunicación.

Orlando Domínguez, jefe de la Unidad de Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), aventura que "sin duda en menos de diez años" los pacientes recibirán su perfil genómico de forma "tan habitual" como se toman la tensión.

Este análisis es "determinante" para intentar prevenir las enfermedades, establecer un diagnóstico lo más precoz posible y seleccionar el tratamiento "más seguro y eficaz".

Estos aspectos positivos se ven enturbiados por "muchas" compañías que ofrecen tests genéticos destinados al público "basados en asociaciones no soportadas por la evidencia general", agrega Francesc Calafell, de la Unidad de Biología Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra.

Las más comunes y sencillas de obtener son las pruebas de paternidad, seguidas de las que determinan el origen geográfico de los antepasados y, más recientemente, las que se ofrecen para saber hasta qué punto somos susceptibles de padecer alguna dolencia como el cáncer, la diabetes, la obesidad o la osteoporosis.

Otras compañías van más allá y se comprometen a estipular qué puede comer cada uno para no engordar en función de sus genes, cómo prevenir la calvicie e incluso existen empresas que prometen unir parejas mediante "compatibilidad genética".

En este último caso, se estudian los genes que tienen influencia en el olor corporal que lleva a la atracción sexual y el cliente recibe una lista de candidatos con los que tendría química, garantizando menos infidelidad, mejores orgasmos y mayor fertilidad.

Como excepción que confirma la regla, los expertos calificaron de compañías "más sólidas" a "23andme" y "DeCODEme" que ofertan por Internet una copia personalizada del ADN por unos mil dólares, con tan sólo enviarles un muestra de saliva.

En España, empresas como Genyca Innova realizan pruebas genéticas para determinar futuribles enfermedades hereditarias o neoplásicas y, también, para combatir la obesidad al contar con una "valiosa información en la que apoyar el diagnóstico exacto y un tratamiento personalizado para cada paciente", apunta la compañía.

La doctora Carmen Ayuso, del Servicio de Genética de la Fundación Jiménez Díaz, destaca que en España los conocimientos en este ámbito se están aplicando con "poco control de calidad, en cuanto a profesionales, centros y procedimientos acreditados", por la falta, entre otras cosas, de una especialidad en Genética Médica.

Los doctores coinciden en que "muchas" de estas pruebas pueden servir para satisfacer la curiosidad pero advierten de que la capacidad del ADN para determinar la salud u otros aspectos de la vida es "muy reducida", al menos en el marco actual de conocimiento.

Aunque los análisis fueran fiables, como apunta Calafell, subsiste el problema de la comunicación del resultado al cliente puesto que la percepción de un riesgo relativo es "difícil o sesgada".

El doctor Orlando recuerda que las pruebas genéticas no tienen en cuenta en su pronóstico otros factores relevantes como el ambiente y los hábitos de cada individuo, ya sean nocivos o saludables, como no fumar, no abusar del alcohol, hacer deporte y tener una dieta adecuada.

El científico del CNIO confiesa que inicialmente se pensaba que la variabilidad genómica entre personas "era reducida" y se esperaba que el conocimiento de un gen prototípico aceleraría la investigación de las enfermedades genéticas complejas.

Aduce que la "variabilidad interindividual" es más compleja de lo esperado y "se precisan secuencias de miles de individuos antes de encontrar asociaciones verosímiles de marcas genéticas con este tipo de patologías".

"La genómica tiene efectos innegables en el esclarecimiento de la salud y la enfermedad, pero también aparecen nuevos problemas morales que habrá que resolver", concluye el experto.