Carbonell, responsable de esas excavaciones junto a los especialistas Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez de Castro, acaba de dar dos conferencias en el Instituto Cervantes de Pekín y en el centro que aspira a convertirse en su homólogo de Shanghai.

En compañía de la arqueóloga Hou Yamei, en Pekín, y del profesor de arqueología prehistórica Chen Chun, en Shanghai, Carbonell explicó al público chino los hitos de Atapuerca, incluido el descubrimiento de un diente y un resto de mandíbula del europeo más antiguo jamás encontrado, de 1.250.000 años de antigüedad.

Su hallazgo, presentado hace dos semanas en portada de la revista "Nature", supuso la confirmación "con gran probabilidad" de que el Homo Antecessor sea la primera especie formada como tal en Europa y no venida de África como se pensó en 1995, cuando aparecieron los primeros restos, datados hace 800.000 años.

Por aquel motivo, el propio equipo de Atapuerca lo definió en 1997 como Antecessor, término de las milicias de la antigua Roma para sus exploradores, aunque "hoy ya no lo habríamos llamado así, ahora que vemos que no vino de África, sino que se formó en Europa", explicó Carbonell.

"Ya no vamos a cambiarle el nombre, claro", añadió.

El reciente descubrimiento de la mandíbula, encontrada el verano pasado, "no ha hecho más que darnos la razón de que esto es una especie", el Homo Antecessor, opinó.

"Lo bueno de la ciencia es que tú propones, pones los datos y los fósiles encima de la mesa y ahora los colegas tendrán que decir, si no es una especie, qué es", señaló.

Hasta ahora, el 98 por ciento de los restos encontrados de este homínido provienen de los yacimientos burgaleses, salvo el cráneo que se halló en Ceprano (cerca de Roma, Italia) en 1994, de más de 800.000 años y que comparte las mismas características morfológicas.

"En mi opinión, al igual que el Homo Erectus es una rama abortada en Asia, el Homo Antecessor podría ser una rama abortada en Europa, pero hacen falta más pruebas en todo esto", afirmó Carbonell.

El catedrático de Prehistoria y, como miembro del equipo de Atapuerca, Premio Príncipe de Asturias a la Investigación (1997), precisó que "en treinta años de excavaciones", en Atapuerca se han sacado "más de quinientos metros cúbicos con fósiles, pero debe de haber billones, con centenares de miles de ellos de homínidos", calculó.

"Hasta ahora hemos desenterrado algunos miles, pero diría que no habremos encontrado aún ni un 0,02 por ciento de los fósiles que hay allí", estimó. "Está todo por hacer, ahí tenemos para más de mil años de investigación por delante, o incluso dos mil, según el tiempo que se trabaje".

"Que en todos los yacimientos haya fósiles humanos, y que en muchos haya más fósiles humanos que herramientas y restos de animales sólo ocurre en Atapuerca, y lo mismo con la acumulación de cadáveres humanos más antigua de la historia y con la primera prueba de canibalismo en la evolución humana", dijo.

"Además, tenemos una secuencia de restos desde los 1,3 millones de años hasta hoy porque durante todo ese tiempo ha habido ocupación humana en la Sierra de Atapuerca y eso sólo ocurre allí", agregó.

Carbonell sostuvo que "no hay otros yacimientos tan completos", ya que han encontrado "homínidos de cuatro cronologías: centenares de Sapiens modernos (hay una necrópolis de 100.000 años de antigüedad), unos 4.000 restos de Homo Heidelbergensis (450.000 años), unos 200 de Homo Antecessor más moderno (850.000 años) y dos del Antecessor de 1,2 millones de años".

"Ahora sólo nos falta encontrar Neanderthales", afirmó, "si los halláramos habríamos encontrado en el yacimiento toda la evolución de las especies (de homínidos) de Europa", para lo que ya se está excavando en los enclaves conocidos como El Mirador y El Portalón, donde se espera encontrarlos a cerca de unos 30 metros.

"Nos gustaría llegar a encontrarlos durante los diez años que nos quedan de dirección a los actuales codirectores, sería un buen regalo de despedida que le agradeceríamos mucho a la madre de Atapuerca", concluyó Carbonell.