Dice Santiago Ferragud, el músico vigués medio levantino que lidera Xardín Desordenado, que cuando iniciaron este proyecto de poesía musicada, hace ya más de un lustro, asumieron un compromiso muy claro: "No aburrir al personal". Y a fe que lo consiguen. En primer lugar, eludiendo ceñirse al género que resultaría más previsible para la poesía gallega, la música folk o la tradicional; y en segundo lugar, evitando textos a los que otros autores ya habían puesto música con anterioridad. Bajo estas premisas, y abonadas con swing, blues, bossa nova y otros nutrientes, brotan las flores sonoras de Xardín Desordenado. Esta noche (20.30 horas) presentarán en concierto en el Auditorio Afundación de Vigo su segundo álbum, "Aprendendo a ladrar". Si en su debut, homónimo, adaptaban a poetas gallegos, en este trabajo le ponen música a textos de poetisas de la tierra, sobre todo jóvenes -María Lado, Yolanda Castaño, Emma Couceiro, Iolanda Zúñiga...- pero también veteranas -Luz Pichel, Marica Campo, Chus Pato-; sin olvidar a Rosalía de Castro y a María do Carme Kruckenberg, fallecida el pasado mes de mayo, y a la que rendirán homenaje de una forma especial.
"Mantuvimos un trato muy cálido con ella -comenta Ferragud, voz y guitarra de Xardín Desordenado-. Su desaparición ha supuesto una pérdida para la ciudad, para las letras, para la afición".
Al igual que la viguesa, el resto de las autoras fueron elegidas por criterios emocionales, confiesa Ferragud, que ya fue músico en la escena pop de Vigo en los años 60. "Hay que enamorarse de un texto para volcar en él tanto tiempo y tanta energía -admite-. Pero, al final, hemos incorporado autoras de todas las últimas décadas, que plasman la evolución del papel de la mujer". La lucha femenina por ese nuevo rol está plasmada en el título del disco, "Aprendendo a ladrar", una frase tomada de un poema de Olga Novo.
En cuanto a la música, continúan con esa sonoridad que ellos llaman "de salón de casa", basada en las dos guitarras de cuerdas de nailon -a cargo de Ferragud y de Isaac Garabatos, destacado guitarrista y productor embarcado en varios proyectos-, el bajo -también con cuerdas de nailon- de Lorenzo Boo, la sabia percusión de David Outumuro (Eladio y Los Seres Queridos) y la voz, teñida de fado y de jazz, de Marlene Rodrigues. "Rítmicamente -explica Ferragud- aceptamos las sugerencias que nos provoca cada poema; el swing, el blues, la bossa nova... Pero en este segundo trabajo se involucraron amigos que han aportado colores diferentes: Fernando Abreu (clarinete), Lorena Freijeiro (gaita), Susana Blanco (chelo) y Cecilia Martínez (violín)".
Afirma Santiago Ferragud, orgulloso, que quien ve a Xardín Desordenado en directo suele sorprenderse por la energía que vuelcan sus músicos -prodecentes del jazz, el folk y el rock- en este proyecto que evita dar solemnidad a la poesía y la saca a la calle. Y es que no hay nada más irresistible que la "poesía en movimiento", y mucho más si es femenina, esa a la que cantaba Johnny Tillotson: "Poetry in motion".
