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Pesimismo y erudición

John Gray desentraña en su último libro siete tipos de ateísmo como una continuación de la religión por otros medios

Siete tipos de ateísmo - John Gray - Sexto Piso - 232 páginas

El profesor de Ciencias Políticas John Gray (South Shields, Inglaterra, 1948) inicialmente no anima: retrae. Pero cuando leo alguno de sus libros acabo por enterrar los recelos iniciales. En lo que a progreso se refiere está en las antípodas del científico cognitiva de moda, Steven Pinker. Gray mantiene una visión sombría de la razón. Acierta cuando escribe que no hay sociedades perfectas, pero se equivoca al negar que las cosas podrían ser algo mejores de lo que son. Disfruta de la locura de la humanidad mientras se desliza por sus virtudes. Denuncia el "racismo" de la Ilustración del siglo XVIII y sin embargo mantiene silencio sobre su pasión por la libertad y la justicia. Parece no reconocer que su turbia perspectiva refleja menos una verdad universal que los tiempos oscuros que vivimos.

Su héroe es el pensador del siglo XIX Arthur Schopenhauer, para el que la vida humana es impulsada por una voluntad insaciable y voraz, el mundo se convierte en una ilusión y la historia en un sangriento campo de batalla. Gray prefiere abrazar la falta de significado, la decepción constante, que las verdades absolutas de los utopistas. Pertenece a ese grupo de pensadores contemporáneos, en el que George Steiner figura a la cabeza, que desprecian el humanismo secular pero no se dejan arrastrar a una iglesia.

En su entretenido y en ocasiones inquietante nuevo libro, Siete tipos de ateísmo, que ve la luz gracias a Sexto Piso, cuenta cómo en la Universidad de Berlín en la década de 1820, Schopenhauer contraprogramó sus conferencias para competir con Hegel, la celebridad intelectual de la época. Mientras que sólo un puñado de estudiantes se sintió inclinado hacia el discurso pesimista de Schopenhauer sobre la humanidad, la mayor parte de ellos acudió a escuchar el mensaje optimista de Hegel de que "la historia era racional y también moralmente gratificante". Si esto se cuantificara en términos actuales tendríamos a Gray, el simpatizante de Schopenhauer, clamando desde un armario, y a Pinker o a Richard Dawkins, herederos de la fe de Hegel en el progreso, atrayendo hacia sí a millones de seguidores digitales. En realidad la historia no ha dejado de escribirse de la misma manera.

Siete tipos de ateísmo es un trabajo seductor y erudito, que va desde los gnósticos a Joseph Conrad, de San Agustín hasta Bertrand Russell. En la opinión de su autor, el excepcionalismo, la idea de que los animales humanos están por encima y son moralmente independientes, se encuentra en la raíz de la guerra moderna y la opresión. Gray ha rediseñado la tesis diferentemente formulada a lo largo de los años y, en esta última entrega, dirige el fuego a aquellos ateos típicamente liberales que piensan que, al leer El espejismo de Dios, de Dawkins, pueden renunciar a las preguntas profundas que plantea la religión. El "nuevo ateísmo" que ese bestseller representa es calificado por él como el menos interesante de todos. Los otros seis tipos que identifica son el humanismo secular, "una versión vacía de la creencia cristiana en la historia"; el ateísmo científico, con su fetichización de la teoría evolutiva; el ateísmo político al que responsabiliza del comunismo, el nazismo y el liberalismo evangélico; "odiar a Dios", o el ateísmo nacido como consecuencia de la inhumanidad del hombre hacia el hombre; el "ateismo sin progreso", y, finalmente, el "ateísmo místico", como sello distintivo. Estas dos últimas formulaciones son las que que salva mientras ataca a las otras cinco. Insiste en que el ateísmo es la continuación de la religión por otros medios, en cambio no tiene igual en cuenta que de esta última nacen algunas de las más peligrosas utopías de este mundo. Los detractores críticos de Gray, muchos, ya se han encargado de mostrar su preocupación por la manera en que descalifica el progreso mientras se beneficia de él. La invención de la penicilina y los avances en la defensa de los derechos humanos parecen no contar, cuando en contra de la verdad cósmica, para él los humanos son animales capaces de abandonar cualquier tipo de moralidad si las circunstancias lo indican. Es ahí donde se percibe con mayor intensidad su nihilismo, esa sensación que uno siempre tiene de que aguarda el apocalipsis para poder contarlo. Siete tipos de ateísmo, en el fondo, contiene la misma idea esencial de Perros de Paja: reflexiones sobre los humanos y otros animales, publicado hace dieciséis años. Pero inquieta y entretiene.

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