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Geraldini, Colón y Galicia

Un manuscrito del siglo XVI revela que Cristobal Colón supo de la existencia de un nuevo continente en un puerto gallego por boca de unos marineros

"Itinerario por las Regiones Subequinocciales", obra de Alessandro Geraldini de Amelia.

Un manuscrito de principios del siglo XVI, hasta ahora poco conocido, revela no solo que Cristóbal Colón estuvo en Galicia, sino también dónde y en qué ambientes se relacionó. Un texto de gran relevancia, pues los hechos que recoge sucedieron antes de iniciar su admirable gesta del descubrimiento. Se trata de una obra que escribió el primer obispo que rigió la catedral primada de América de Santo Domingo en las Indias Occidentales (Legado Apostólico, Imperial y Regio), Alessandro Geraldini de Amelia. Un rarísimo ejemplar que contiene las Antigüedades, Ritos, Costumbres y Religiones de los pueblos de Etiopía, África, Océano Atlántico y Regiones Indicas, que lleva por título "Itinerarivm ad Regiones Sub Aeqvinoctiali Plaga Constitvtas" (Itinerario por las Regiones Subequinocciales).

Alessandro Geraldini de Amelia (Amelia-Umbría-Italia, 1455-Santo Domingo, 1524), fue un religioso y reputado humanista del Renacimiento en la Corte de Castilla que sirvió a los Reyes Católicos en la guerra contra Portugal, llegando a ser embajador de Fernando el Católico en Francia e Inglaterra, así como también copero de Isabel la Católica, su capellán mayor y maestro de las infantas. Escribió un gran número de obras de teología, letras, poesía y tratados sobre la política y la educación. Durante su estancia en la corte, conoció personalmente y trabó amistad con Cristóbal Colón al que apoyó en sus proyectos descubridores. Este es, sin duda, el punto que más nos interesa de este obispo a tenor de lo que dejó escrito sobre el Almirante en su libro XIV del propio Itinerarium.

Tras su fallecimiento y entierro en Santo Domingo (Capilla del Cristo de la Catedral), el manuscrito quedó ciertamente olvidado en el tiempo hasta que un sobrino tataranieto suyo (Onofre Geraldini de Catenacio) lo llevó a Roma a la imprenta de Guillermo Facciotti en 1631. Dicha impresión (transcripción del original) es la que se conserva afortunadamente hoy día en lugares como la Biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y la Biblioteca Nacional de Madrid. Siendo de esta última la procedencia de la reprografía que obra en mí poder para verificar los párrafos escritos en latín antiguo por Geraldini.

Siglos después, se realizaron varias traducciones al castellano con arreglo al siguiente orden cronológico y detalle:

- Fundación Rodríguez Demorizi - Editora del Caribe - Santo Domingo (1977)

- Arzobispado de Santo Domingo - Roberto M. Tisnés (1987) (copia F. Demorizi)

- Universidad de León (2009) - Traducción y edición crítica de Carmen González Vázquez; especialista en latín y textos clásicos, profesora titular de Filología latina de la Universidad de León.

Por su edición crítica y analítica, extraemos del trabajo de la Universidad de León el párrafo principal a tener en cuenta por la propia trascendencia de sus palabras y nombrar ineludiblemente a Galicia como punto clave y referente alrededor de las sigilosas y desdibujadas huellas de Colón, antes de dar forma a la empresa que cambiaría definitivamente el curso de la historia y la humanidad. Así dice:

"Cuentan esos monstruos de la naturaleza que Colón había oído en Clivio(473), ciudad de Galicia, de boca de unos marineros que habían sido arrojados durante largo tiempo por esos mares, de boca de una cierta clase de hombres que navegaba por esos mares, que se avistaba tierra por esas latitudes. Dicen, además, que ellos habían sido zarandeados al sur de las Islas Afortunadas, que por una tempestad terrible habían visto árboles desconocidos, y que habían contado a Colón que cerca existían territorios poblados".

Quedando Galicia perfectamente identificada, la palabra clave a tratar es el lugar donde ocurrió este pasaje. El texto de imprenta de 1631 dice CLUUIUM, que por valor consonántico hace CLUVIUM. La Universidad de León la traduce al castellano como CLIVIO, diciendo expresamente en sus notas a pié de página lo siguiente:

(473) "Probablemente se pueda identificar con Fluvium Brigantium (La Coruña).

Ateniéndonos a esta valoración, lo cierto es que A Coruña encaja perfectamente con toda la actividad marítima y de navegación como un puerto histórico muy importante a tener en cuenta en aquella época en Galicia. Por tanto, la conclusión que podríamos sacar es que estando Cristóbal Colón en Galicia, frecuentaba el puerto de A Coruña y se relacionaba manifiestamente con los marineros locales. Pensemos tan solo en el continuo hervidero de habladurías e información que era entonces un puerto de mar a través de sus arrabales, posadas y tabernas. Algo que nos hace recordar las andanzas del legendario Pedro Álvarez de Soutomaior -Pedro Madruga- por las costas coruñesas, como el cerco a la propia ciudad de A Coruña llegando hasta Muxía, así como también sus otras actividades corsarias en la Ría de Muros y Noia con el asalto final en alta mar a una pinaza cántabra a la altura del cabo Finisterre. Aspectos, sin duda, muy propios e identificativos de lo que era y sentía esencialmente un hombre relacionado con el mar.

El legado transmitido a la posteridad por este prelado de mitra y báculo pastoral es de gran importancia, pues contribuye a reforzar, aún si cabe más, la tesis del Colón gallego, que desde su origen en 1898 promulga, defiende y sostiene que el Ilustre marino Cristóbal Colón pertenecía al antiguo Reino de Galicia.

*Autor del ensayo "La huella de Pedro Madruga en Cristóbal Colón"

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