Hace una semana, se hacían oficialmente públicos los nombres y apellidos de los españoles que fallecieron en los campos de concentración de Mauthausen y Gusen durante la Segunda Guerra Mundial: 4.427, de los cuales 108 eran gallegos. Ramón Garrido Vidal (O Grove, 1915-Les Lilas, Francia, 1995) no estuvo en ninguno de estos dos campos, pero sí en el no menos temible de Dachau (cerca de Munich) donde, durante su presidio, escribió, a lápiz, un diario que se ha convertido en un testimonio excepcional.
Garrido Vidal tenía 21 años de edad cuando, poco después del alzamiento del 18 de julio de 1936, fue reclutado y asignado al 105 Batallón del Cuerpo del Ejército de Marruecos, en el bando franquista, del que desertó en octubre de 1937 para ingresar en la 151ª Brigada Mixta de la República, participando en varias batallas, entre ellas las de Teruel y el Ebro, tras la que fue ascendido a capitán.
Poco antes de finalizar la guerra civil, en febrero de 1939, cruzó la frontera con Francia y, a partir de ahí, pasó por varios campos de concentración franceses bajo dominio alemán, hasta que, en enero de 1941,consigue fugarse del último de ellos, el de Brest, pasando a integrarse en el servicio clandestino de la Resistencia hasta ser detenido en noviembre de 1942. Dos años después, en junio de 1944, miembros de la SS lo trasladan a Dachau.
