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César Cernuda Rego: "La transformación digital es una ocasión para democratizar la sociedad"

César Cernuda, estos dias de vacaciones en España. J. L. S.

Firme defensor del teletrabajo, este hijo y nieto de españoles (aunque nació en México) es el presidente de Microsoft en América Latina y vicepresidente corporativo de la firma tecnológica ubicada en Redmond (en el Estado de Washington). Por sus cargos pasa la mayor parte del tiempo viajando, pero sin perder de vista su Luarca, a la que vuelve con asiduidad.

-¿Qué papel está jugando su empresa, Microsoft, en la transformación digital que viene?

-Esa revolución industrial es una transformación digital. Ha cambiado mucho la forma de trabajar y de comunicarnos. Cuando acabé mis estudios y llegué al mercado de trabajo, me decían que había que aprender a trabajar en equipo, yo nunca lo había hecho. Todo el mundo estamos viendo que con la transformación digital ya no son solo los procesos de producción los que están cambiando, es la forma de aprendizaje, la de interactuar y de acceder a la información se está digitalizando.

-¿Los robots nos van a dejar sin trabajo?

-Esa ha sido la gran discusión que ha habido en cada una de las grandes revoluciones industriales. En la anterior también estaba la gente muy preocupada. Siempre pongo la misma fotografía en mis presentaciones del edificio "Flatiron" de Nueva York, una es de 1905 y otra de 1930, en la primera se necesitaban unos 100.000 caballos para transportar mercancía, personas, suministros... Y también había jinetes, caballerizas, había que darles de comer, había empresas que recogían los excrementos... Cuando todo el mundo estaba discutiendo qué se podía hacer para que el caballo pudiera ir dos kilómetros por hora más rápido o pudiera llevar diez kilos más de carga, había una persona pensando en el motor y cómo se podría crear un coche. Y cuando eso pasó hubo un enorme rechazo. Nadie quería que el coche tuviera éxito. Nadie se preocupó de pensar pues yo voy a ser conductor, voy a tener un parking, voy a ser un mecánico, y aquello generó muchos más puestos de ¬trabajo.

-Habrá empleos que desaparecerán.

-Pero otros muchos van a surgir. La transformación digital es una enorme oportunidad para democratizar la sociedad. ¿Que dónde tenemos una oportunidad? En conseguir que los jóvenes se queden donde han nacido y residen. Esa transformación digital nos lo va a permitir.

-Pero parece que el fenómeno es el contrario: los jóvenes tienden a marcharse a Madrid o Barcelona y no se van a vivir a un pueblo.

-Vamos a ver las dos cosas pasar. Una de las grandes áreas en las que nosotros estamos invirtiendo es en la de la productividad, en una tecnología que tenemos en la nube con la que queremos fomentar la productividad de las empresas que la utilizan, y para la gente que está empezando a adoptar ese tipo de tecnologías el hecho de tener que ir a la oficina deja de ser algo necesario. Hay estudios que dicen que el 75% de las personas no necesitamos un sitio fijo para trabajar. Yo no tengo despacho. Tengo una sala de reuniones en Miami que utilizo cuando voy a los comités, viajo 220 días al año. Las grandes empresas estarán más localizadas en grandes ciudades, pero no es necesario para ellas tener a las personas físicamente ahí. Las compañías están tendiendo a buscar el talento donde sea y dejarles quedarse donde sea.

-En España es obligatorio fichar en el trabajo. Eso va contra su filosofía.

-Hay muchas maneras de fichar. La tendencia a nivel global es ser capaz de mejorar la productividad, pero no trabajando más horas, sino haciéndolo de forma más cómoda y mejor.

-¿Estamos lejos de que las máquinas puedan llegar a comportarse como humanos?

-No. Cuando voy a dar una conferencia me gusta preguntar cuánta gente del público ha utilizado la inteligencia artificial. ¿Cuánta gente cree que levanta la mano?

-Supongo que no mucha.

-El 5% o el 10%. Luego les pregunto, ¿cuántos de vosotros habéis hecho una búsqueda por internet?, ¿cuántos habéis dado un comando hablado al teléfono? Levantan todos la mano. Entonces les digo: "Bienvenidos a la inteligencia artificial". Hay que desmitificarla porque en los últimos años hay un boom en torno a esto. La inteligencia artificial tiene dos patas, una es la del mundo de los datos, y la otra, la de los algoritmos. Históricamente, el hecho de tener muchos datos y computarlos era muy costoso. La nube hace que el coste de almacenamiento de esos datos y de analizarlos sea menor.

-¿Hoy una máquina sería capaz de hablar como un humano?

-Sí. Yo soy capaz de hacerle una demo y que tengas dudas de si ha sido una máquina la que ha hablado o un humano.

-Pero no pueden interactuar de forma natural.

-La palabra interactuar es distinta. Depende de cuánto vas a programar a la máquina. Tienes que ser capaz de programarla para que vaya aprendiendo de las interacciones. La apuesta de las grandes empresas es decir que yo puedo dar una mejor respuesta a mis clientes porque el 85% de las preguntas que recibo en un "call center" son las mismas, y poco a poco mi sistema será capaz de ir interactuando de forma más ágil y rápida.

-¿Ustedes han apostado fuerte por los servicios de almacenaje en la nube, pero están seguros nuestros datos allí?

-Siempre pongo el ejemplo de los bancos. Si vamos a una sucursal veremos que tiene los cristales blindados, un guarda de seguridad, una caja que solo se abre una vez al día y un coche blindado que transporta el dinero. Todo eso nos parece natural. ¿Por qué asumimos que los malos van a atacar? Nos hemos criado viendo eso. Pero nadie duda, sin embargo, de que nuestro dinero está más seguro en un banco que debajo del colchón. Esto nos pasa hoy con el mundo de la tecnología.

-¿Los datos de una empresa están más seguros en la nube de Microsoft o en la de la propia compañía?

-Rotundamente, están mejor con nosotros. Invertimos mil millones de dólares al año en I+D para seguridad para nuestros servicios en la nube.

-Pero ustedes también serán objeto de más ciberataques.

-Obviamente. Pero están más seguros conmigo ya únicamente por el grado de inversión que yo hago y que tú no vas a poder alcanzar nunca. Para que esta transformación digital tenga éxito es fundamental que la gente tenga confianza, de la misma forma en la que confiamos en los bancos.

-Últimamente ha habido varios escándalos con compañías tecnológicas, ¿puede quebrarse esa confianza de la que usted habla?

-Una de nuestras grandes apuestas es la de la transformación cultural. Nosotros tenemos un gabinete para asegurarnos que la tecnología que estamos desarrollando relacionada con la inteligencia artificial cumpla con nuestros parámetros éticos.

-¿Les inquieta la tasa a las tecnológicas que países como España están estudiando implantar?

-Relativamente. Nosotros siempre hemos contribuido todo lo que hemos tenido que contribuir en los países donde estamos.

-Uno de sus productos estrella es Windows, pero en el mundo de los sistemas operativos para móviles parece que no les ha ido igual de bien ya que acaban de retirar el que tenían, ¿qué ha fallado?

-Como compañía somos líderes en sistemas operativos, pero estos hasta ahora se consumían a través de los ordenadores, y hubo un momento en el que el mundo de los dispositivos se disparó, tenemos una media de tres por persona (entre relojes inteligentes, móviles, tabletas...), por lo que tomamos la decisión estratégica de apostar por una plataforma que sea capaz de conectar cualquier tipo de dispositivo con la nube. Ese fue el gran giro que dimos. En el mundo de las empresas apostamos muy fuerte por Windows porque es una ayuda para la productividad.

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