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Cuando Drake trajo el infierno a la ría de Vigo

Tras ser repelido en A Coruña, en los últimos tres días del mes de junio de 1589, hace 430 años, el pirata inglés quiso vengarse de su derrota sembrando el terror en el sur de Galicia, de donde también salió trasquilado

Representación pictórica de la batalla naval anglo-española en A Coruña.

"En el año de nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de 1589, en el mes de junio, víspera de los bienaventurados apóstoles San Pedro y San Pablo, entró el corsario luterano Francisco Draque, general de la armada inglesa, enviado por la reina Isabela luterana en favor de don Antonio y su hijo don Manuel en esta ría de Vigo con doscientas y trece velas grandes y pequeñas, el cual venía de haber estado sobre La Coruña, la cual no pudo tomar, excepto que quemó y asoló la pescadería y venía de estar sobre Lisboa y llegó con doce mil infantes hasta los muros della y se retiró y de la retirada vino a esta dicha ría la cual ocupó desde Boças hasta Rande dejando en la isla de Cíes veinte naves en guardia y hubo seis mil peones en tierra, la mayor fuerza desembarcó en Teis y la más por Santa Marta y Coya y tomaron y ocuparon Nuestra Señora del Castro y entraron en esta villa sin resistencia y la saquearon y quemaron la iglesia mayor toda y llevaron las campanas y quemaron los monasterios de los frailes y monjas y las mejores casas de la villa hasta doscientas y setenta casas..." Este es un extracto (adaptado del castellano antiguo) que forma parte del libro de actas del cabildo vigués del año 1589, en el que se narran algunos de los acontecimientos derivados del ataque de Francis Drake a las Rías Baixas, datados los días 28, 29 y 30 de junio del año 1589.

La costa gallega no era, ni mucho menos,desconocida para el pirata inglés convertido en Sir y con patente de corso de la Corona británica.Casi cuatro años antes, el 7 de octubre de 1585, si flota haía fondeado en las islas Cíes con el objetivo de tomar Baiona, enviando a tierra, en varios botes, a un cotingente estimado en tres mil hombres. El ataque, no obstante, fue repelido por los vecinos de la villa quienes, comandados por el futuro conde de Gondomar, el joven Diego Sarmiento de Acuña, lograron poner en fuga a los agresores, mientras mujeres y niños se refugiaban en la fortaleza de Monte Real. Ante estas dificultades, el corsario al servicio de la reina Isabel de Inglaterra eligió una presa teóricamente más fácil y dirigió sus naves a Vigo, que en esta época aún no estaba fortificada. Así, el 8 de octubre, mientras la artillería bombardeaba la ribera del Berbés, desembarcaron los ingleses y tomaron el monte de A Guía. La férrea resistencia viguesa, surtida por unos tres mil voluntarios ayudados por tropas de Tui y Baiona, consiguió poner en fuga a los invasores. Drake se retiraría de la ría el 21 de octubre tras largas negociaciones con las autoridades viguesas de la época, pero nunca olvidó aquella derrota.

Tres años después, en agosto de 1588, la Armada Invencible, aquella legendaria gran flota capitaneada por el duque de Medina Sidonia, atacó Plymouth. Francis Drake, que ocupaba el cargo de vicealmirante de la flota inglesa bajo las órdenes del almirante Charles Howard, se destacó particularmente en la batalla. Por es razón, al año siguiente, Inglaterra organizó lo que se ha conocido como la "Invencible Inglesa" o "Contraarmada", cuyos objetivos eran atacar y saquear las costas españolas y provocar y apoyar una insurrección en Portugal contra su rey, Felipe II de España. En ese contexto, Drake ataca A Coruña y saquea una parte de la ciudad, pero es finalmente rechazado tras perder a 1.300 de sus hombres, así como cuatro de las naves de su flota. Por si fuera poco, también había fracasado en su tentativa de que los portugueses se alzasen contra Felipe II, que era el objetivo político de la reina británica.

No es difícil, así pues, calibrar el estado de ánimo en que debía encontrarse Sir Francis después de aquella, para él, totalmente inesperada y humillante derrota. Drake buscaba vengarse, y quería hacerlo pronto,cuanto antes. De manera que sus barcos pusieron proa a las Rías Baixas y asomaron por la de Vigo "en vísperas de San Pedro y San Pablo". ¿Estaba también aquella operación auspiciada por la Corona inglesa o fue una decisión personal del propio corsario? La respuesta todavía hoy está sujeta a las más diversas conjeturas.

Durante los tres días que estuvieron los ingleses en la ría -escribe el historiador Gonzalo Hernández Soto en "Historia de Vigo"/vigo.es), no se contentaron con destruir las iglesias, los monasterios y las casas, si no que también "pusieron de su parte para adoctrinar a los prisioneros en el protestantismo británico. Así pues, tras prender fuego a las iglesias de Bouzas y de Coia, consiguieron capturar a Alonso Pérez de Ceta, un hidalgo de este último barrio que tenía una pomposa casa al lado de la última de estas iglesias, cuya cabeza cortaron y clavaron en una pica, mientras que sobre el torso de este insertaron el semblante de un gorrino. Aprovechando que los moradores de la ciudad habían huido, los atacantes asaltaron todas las casas de la villa viguesa para posteriormente prenderles fuego. A mayores, se dice que cuando los ingleses levaron anclas e izaron las velas para volver a Inglaterra, un fuerte viento hizo que dos buques de la armada inglesa fueron arrastrados hacia la costa de la vecina población de Cangas. Al haber perdido el control de las embarcaciones, ambas chocan contra las rocas de la ría y se quedan totalmente varadas sin posibilidad de que el grupo volviera a rescatarlas".

Por su parte, la periodista e historiadora Milagros Bará, refiere que "Las tropas del pirata entran en Vigo el día de San Pedro sin encontrar apenas resistencia. Se intentan reclutar a los vecinos y muchos vigueses se refugian en el Castro, y desde A Gandariña logran matar a unos trescientos invasores en una guerra de guerrillas", mientras, denuncia Bará, "El arzobispo de Santiago, más pendiente de su plaza, no acudió a la defensa de Vigo" cuando "en la ciudad, murieron más de 500 personas y 570 casas fueron arrasadas". Tampoco, según Bará, acudió en defensa de Vigo, como en la anterior ocasión e Baiona, Diego Sarmiento Acuña, pero quienes sí lo hicieron, ratifica Hernández Soto, fueron las milicias portuguesas y "mosqueteros" de obispo de Tui: "Tres días después de la llegada a la ría de Drake, llegó a la ciudad Luis (¿era en realidad Diego) Sarmiento, acompañado de numerosas milicias portuguesas y vasallos que dieron muerte a unos quinientos ingleses e hicieron prisioneros a otros doscientos. Colaboró en la expulsión de los británicos el obispo de Tui (las fuentes históricas consultadas apuntan a que debió tratarse de Bartolomé de la Plaza, recién designado) responsable de haber enviado cerca de unos cuatrocientos mosqueteros". Sin embargo, en las biografías del primer conde de Gondomar se especifica que participó y luchó contra la invasión de 1589 y,además, combatiendo al corsario tanto en A Coruña como en Vigo.

Sobre las víctimas mortales que causó entre los vecinos el ataque de Drake hay, como se puede comprobar, serias discrepancias. En el acta del cabildo, citada al principio, solo se da cuenta de la muerte de dos mujeres, en tanto que otras fuentes manejan cifras que van de los 50 a los 600 vecinos muertos, contando los producidos durante una supuesta incursión inglesa en Cangas.

Gonzalo Hernández, no obstante, pone especial énfasis en los daños causados (y sus consecuencias) más que en la cifra de víctimas: "A pesar de que el ataque no causó un gran número de muertes entre los vecinos de la ciudad, los ingleses consiguieron destruir gran parte de las instalaciones que utilizaban los vecinos en su vida cotidiana, obligando a los comerciantes de la urbe, que daban trabajo a la gran parte de los mareantes del puerto, a cesar todo trato y comercio de mercancías. A mayores, los destrozos que había causado el ataque de los británicos atrajo a un número importante de corsarios que, fondeados en las Cíes, esperaban a la salida de cualquier tipo de embarcación de bandera española para asaltarla, lo que impedía a muchos pescadores hacerse con las capturas necesarias para sobrevivir.Tras el tercero de los ataques, el puerto totalmente bloqueado, la pesca y el comercio paralizado por completo, y la competencia pesquera con el puerto de Bouzas (donde se pagaban menos impuestos que en Vigo), sumió a la ciudad en una profunda crisis que se vio agravada por la famosa epidemia que asoló a toda España en 1598".

Claro que el desenlace de los ataques de Drake a la costa gallega tienen una versión bastante diferente en Inglaterra. Así, en la localidad natal de Sir Francis, Tavistock, una pequeña villa del suroeste del Reino Unido (condado de Devon), existe un puente construido en el siglo XVIII denominado Vigo Bridge, en cuya placa figura, en inglés, el siguiente texto: "Construido en 1773 y por la tradición local nombrado para conmemorar las hazañas marítimas de Sir Francis Drake en el puerto naval de Vigo en la costa noroeste de España".

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