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Araceli González, la mujer que sabía demasiado

La esposa de "Garbo" estuvo a punto de cometer una indiscreción que pudo haber hecho fracasar el operativo

Araceli González y Juan Pujol, a finales de la guerra civil.

Con el paso del tiempo, se acrecienta la importancia que la lucense Araceli González Carballo pudo haber tenido entre los servicios de inteligencia que operaron durante la Segunda Guerra Mundial, al punto de que su principal biógrafo, José Cora, especula con la probabilidad de que, en aquel matrimonio, la verdadera espía era ella, y no Juan Pujol, alias Garbo, el agente doble que ha pasado a la posteridad como el hombre que engañó a los nazis en el lugar y el día del desembarco de los aliados en las costas de Francia (Hitler y su Alto Mando se empecinaron en creer que los aliados atacarían más tarde y por Calais, donde los esperaba, bien pertrechado, lo mejorcito de lo que le quedaba al ejército alemán).

Sin embargo, Araceli no salió precisamente bien parada de la desclasificación de los archivos del MI5 y MI6 británicos, de los que se destapó una información según la cual, en los días previos a aquel 6 de junio de 1944, la mujer estaba tan nerviosa que amenazó con que, si no la dejaban volver inmediatamente a su Lugo natal, era capaz de contarles a los nazis lo que sabía... y lo que sabía era todo lo fundamental.Parece ser que lograron tranquilizarla, pero a Lugo no pudo regresar hasta finalizada la guerra.

Araceli González Carballo (Lugo,1914-Madrid,1990) y Juan Pujol García (Barcelona, 1912- Caracas,1988) se conocieron en Burgos en 1938. Pujol era un joven oficial que había comenzado la guerra civil española del lado republicano pero que después se pasaría al bando"nacional",decisión de la que muy pronto se arrepentiría, segun confesó años después. Por su parte, Araceli era una "mujer bella, de familia acomodada, valiente y cosmopolita" que, durante la guerra, había prestado sus servicios como enfermera en el hospital de sangre de Lugo en el que,según se cuenta, "despuntó por su carácter nada melindroso".

El historiador británico, Ben Macintyre, columnista y editor de The Times, y uno de los más prestigiosos investigadores del mundo del espionaje, sostiene en su libro "La historia secreta del Día D" (Crítica) que si Pujol pudo convencer a los aliados de que él podría ser un excelente agente doble fue gracias a la intermediación de Araceli, que buscó sus contactos no ya entre los ingleses sino acudiendo a los norteamericanos; lo cierto es que ambos, tanto ingleses como americanos, desconfiaron hasta el último momento de "Garbo", aunque no tanto, salvando aquella crisis nerviosa, de su mujer.

Mientras los marines desembarcaban en Normandía, el matrimonio atravesaba ya por graves desavenencias, por no decir que estaba roto, hecho que "Garbo" delataba en sus flirteos con las mujeres bellas con las que se encontraba, algo que no se le había notado hasta entonces. Y el matrimonio, ciertamente, se separó tras la guerra. Ella volvió a Lugo, donde años después la localizó casualmente la periodista María Hervera, quien relató el encuentro en la prensa de la ciudad:"Yo nací en la Praza da Soidade, donde mi familia tenía una tienda de antigüedades. Araceli hizo un día una compra allí y se hizo muy amiga de mi abuela, que fue quien empezó a contarme los primeros detalles de la vida de aquella señora tan elegante y atractiva,cuyos sombreros llamaban la atención en Lugo".

María Hervera se enteró así de que aquella mujer había sido esposa de un espía legendario; su interés por ella se fue acentuando pero, cuando se dio cuenta, la dama se había ido a vivir a Madrid,donde falleció a los 86 años de edad.

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