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De las colonias a la guerra civil: la presencia gallega en el Panteón

Es más que probable que los restos mortales de José Iglesias Alvariño no sean los únicos de un marinero de tropa de origen gallego que estén sepultados en el Pabellón de Marinos Ilustres de San Fernando, pero sí el único de la "clase baja" que figura identificado con su nombre y apellidos, puesto que los otros cuatro eran altos oficiales. A saber: Casto Méndez Núñez, José Casado Ferreiro, Francisco Antonio Mourelle de la Rúa y Salvador Moreno Fernández.

El del almirante Méndez Núñez (Vigo,1824- Pontevedra, 1869), autor de la famosa frase "Más vale honra sin barcos que barcos sin honra", es uno de los historiales más brillantes de la Armada española. Héroe de la Guerra Hispano-Sudamericana en el Pacífico en la que la Marina de la Corona se batió contra buques y fortificaciones de Chile y Perú, principalmente, y también Ecuador y Bolivia, cinco años después de su muerte sus restos se trasladaron al panteón de la familia en la capilla de O Real, en Moaña, donde a raíz de la visita a su tumba del rey Alfonso XII, se decretó que se trasladaran al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), lo que se realizó el 9 de junio de 1883.

Por su parte, Francisco Antonio Mourelle (San Adrián de Corme, A Coruña, 1755-Cádiz, 1820) es especialmente recordado por haber participado en varias expediciones que la Corona española realizó en las costas del Pacífico Norte desde la base de San Blas (México). Llegó a las costas de Alaska y efectuó varios viajes a las Islas Filipinas. En 1781 llegó a Tonga y a las Islas Salomón.

Menos conocido que los dos anteriores José Casado Ferreiro (Mugardos, 1867-Ferrol,1915) fue también uno de los grandes. Desde su ingreso en 1884 hasta su retiro en 1911, estuvo embarcado en 18 buques de todos los tipos, navegando por los mares de Europa, América y África. Su comportamiento en el combate naval de Santiago de Cuba le proporcionó gloria imperecedera, al salvar en circunstancias sumamente dramáticas y heroicas al cabo Ricardo Bellas, que con once heridas apareció en el portalón del crucero destruido "Infanta María Teresa", pidiendo socorro. Casado, que ya estaba a salvo, abandonó la playa en la que se encontraba y se lanzó al agua a salvar a aquel compañero. En el año 1909 asistió en Marruecos a varios bombardeos y operaciones de guerra. Estaba en posesión de la Cruz Roja al Mérito Naval. El 26 de julio de 1911 su quebrantada salud y la precisión de acudir a necesidades familiares le hicieron pedir el retiro. El 20 de julio de 1915, con ocasión de entrar en dique el acorazado "España", le saltó una estacha, que le alcanzó en una pierna, derribándolo en tierra y produciéndole la rotura del cráneo y, unas horas después, la muerte.

La controvertida presencia de Salvador Moreno Fernández (Ferrol, 1886 - Madrid, 1966) en el Panteón es consecuencia de la guerra civil. Salvador Moreno fue uno de los principales líderes de la rebelión de la Armada destacada en Ferrol en 1936, posicionándose en favor del alzamiento franquista. Durante la guerra capitaneó varios de los principales buques del bando nacional. Ministro de Marina finalizada la contienda, hay que reconocerle que fue uno de los altos cargos del régimen que más insistió para que España no tomase parte en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, él y Luis Carrero Blanco redactaron en 1940 el informe que desaconsejaba la intervención española en el conflicto. Pero su nombre figura entre los de 35 altos cargos del franquismo imputados por la Audiencia Nacional en el sumario instruído por Baltasar Garzón, por los delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad.

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