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Un mensaje a los dioses amerindios

El investigador gallego Pablo Novoa localiza en el departamento peruano de Puno unos geoglifos similares a las míticas líneas de Nazca, uno de los hallazgos más enigmáticos y controvertidos de la arqueología precolombina

Aunque la primera noticia que se tuvo en el mundo moderno de la existencia de las denominadas líneas de Nazca proviene del año 1547 a través del conquistador Pedro de Cieza, el auténtico (re) descubrimiento de uno de los hallazgos más enigmáticos de la arqueología precolombina data de 1927 y fue realizado por los peruanos Toribio Mejía Xesspe y Julio César Tello. Desde entonces, arqueólogos, antropólogos, historiadores e incluso ufólogos de todo el mundo han elaborado toda una serie de teorías tratando de responder a preguntas que abarcan desde el qué son hasta las de por qué y para qué o de qué manera pudieron haber sido contruidos estos geoglifos que aparecen trazados sobre la superficie terrestre y cuyo estado de conservación sorprende, cuando se calcula que hace, por lo menos, 2.500 años que fueron contruidos por una cultura, previa a la inca y a la azteca, que lleva el nombre de Nazca. Además de las publicaciones, unas más serias que otras, y de los estudios efectuados, el cine no ha escapado de la atención que acaparan las líneas de Nazca. Valga como ejemplo la última entrega de la serie de películas de Indiana Jones, "Indiana Jones y la calavera de cristal", en la que se citan como punto de partida para encontrar la ficticia ciudad de Akator (análoga a la utópica ciudad de Eldorado) y aparecen filmadas en la escena del viaje a Perú.

De las líneas de Nazca ya tenía mucha información el investigador lucense afincado en Vigo Pablo Novoa Álvarez, no en balde ha centrado buena parte de su ya dilatada carrera como fotógrafo arqueológico en Latinoamérica, pero lo que no podía sospechar es que, hace menos de cuatro meses, recibiría en su correo electrónico unas fotos-satélite de unos geoglifos muy parecidos a los de Nazca pero que, según su informante, no estaban en esa región peruana sino en otra.Su informante era y es Alexander Ludwing Quispe, un joven ingeniero civil peruano de 23 años, residente en un pequeño poblado del departamento de Puno.

Tras superar unas cuantas reticencias por parte de Alexander, por fin Novoa formó un grupo expedicionario constituido, además de por el joven y él mismo, por su compañera Andrea Cavero y la psicóloga Beatriz Lamata. "En la mañana del día 14 de febrero -cuenta Pablo Novoa- nos trasladamos en un colectivo público a la población de Ilave, a menos de una hora de la ciudad de Puno, y ahí alquilamos un vehículo con chófer, pues nos internaríamos por diversas vías sin asfaltar, en mal estado y con mucho barro por las lluvias recientes. Llegar a donde nuestros móviles rastreaban las coordenadas previstas y encontrar a la mayoría de las figuras vistas por satélite no fue fácil, pues tuvimos que recorrer hasta varios kilómetros para encontrarlas y un gran barrizal nos impedía caminar con soltura por el lugar, pues nuestros pies se enterraban en el complicado barrizal. Como era una llanura completamente plana nos era muy difícil encontrar las figuras. Pero gracias a que teníamos línea de internet y con las coordenadas, pudimos ubicarlas. Tuvimos suerte cuando. tras una hora moviéndonos por pistas infames, detectamos una de las mas grandiosas figuras, de casi ciento cincuenta metros de diámetro, y compuesta por varios círculos concéntricos con canales que, gracias a que había llovido, se encontraban muy bien conservados, incluso con algunos de ellos con bastante agua. Al llegar nos abrazamos con emoción de haber alcanzado nuestra primera meta, pues temíamos que las fotos satélite tuvieran varios años y algunas figuras hubieran ya desaparecido. La pampa donde se asientan las diversas figuras, en su mayoría circulares, mide unos doce kilómetros cuadrados y se encuentra situada entre los poblados de Thunco y Caritamaya, ambos pertenecientes al Distrito de Acora, en la provincia de Puno. Toda la llanura se encuentra rodeada de pequeñas elevaciones montañosas y el grandioso Lago Titicaca a unos seis kilómetros de distancia".

La expedición estuvos tres días trabajando en la zona, y, seguimos a Novoa, "gracias a que no llovió pudimos cumplir con nuestra meta de conocer, medir y fotografiar los ocho grandes geoglifos de la zona. Los geoglifos que estudiamos, medimos y fotografiamos, son todos figuras circulares; la mayor de ellas la conforman dos figuras de círculos concéntricos, uno mayor que el otro, comunicados por cuatro grandes canales que le dan un total de 288 metros de longitud. Las otras figuras circulares concéntricas, casi todas con canales, miden 148; 143; 139; 131; 81,1; 59,8 y 39 metros de diámetro respectivamente. La profundidad de los surcos van desde los 30 a los 70 centímetros de profundidad y los canales miden entre dos y casi cuatro metros de ancho".

PARAÍSO ARQUEOLÓGICO

La región donde se encuentran estos grandiosos geoglifos de la región de Acora es rica en yacimientos arqueológicos: chullpas (antiguos templos funerarios en forma circular), ciudadelas, megalitos de estilo Tiahuanaco, pinturas y grabados rupestres, puertas dimensionales y otros más..."Al finalizar las visitas a los lugares de los gigantescos geoglifos -relata el investigador gallego- se nos plantearon varias interrogantes, que por el momento no podemos contestar, pues se requieren los trabajos de un equipo arqueológico multidisciplinario para profundizar en los estudios". Entre Novoa y su equipo se decantan por un probable uso astronómico en la mayoría de las figuras circulares, aunque, dice Novoa Álvarez, "igualmente nos planteamos la posibilidad de que fueran tumbas de jerarcas o chamanes, cuestión que dudamos, pues no encontramos ningún fragmento de cerámica o resto arqueológico que nos pudiera dar esta posibilidad".

El trabajo de descifrar esas gigantescas figuras del altiplano peruano, saber qué pueblo construyó esas gigantescas obras terráqueas, su datación cronológica y su probable uso plantearán, reconoce Novoa, nuevos retos a los arqueólogos e investigadores: "Lo que si está demostrado es que estos extraordinarios hallazgos arqueológicos se unen a la gran variedad de culturas que poblaron Perú y que lo conforman como una de las regiones del mundo con un pasado único en restos arqueológicos y culturas que a lo largo de milenios se establecieron por todo el país", concluye.

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