Profundo conocedor del período más glorioso de la historia del puerto comercial de Baiona, entre los siglos XV y XVI, no resulta extraño que Avelino Sierra sea el autor de "La otra arribada histórica", libro que presentó en las jornadas previas a la reciente celebración de la Festa da Arribada.
-Salvo para historiadores especializados, ésta que califica de "la otra arribada" es un acontecimiento desconocido para el gran público. ¿Por qué se sabe tan poco de él siendo como fue, y usted lo corrobora, la primera expedición eminentemente comercial entre Europa y el Nuevo Mundo?
-Sí, esta fue primea expedición comercial entre los dos continentes. Y no solamente eso: también fue la más rentable para la Corona. Hubo otras, en esos años, que, desde el punto de vista de los descubrimientos geográficos, fueron más importantes y, por lo tanto, objeto de una mayor atención y estudio por parte de los cronistas de la época. El caso es que no fue jamás muy proclamada por la Corona, aunque en Baiona sí que supuso todo un acontecimiento social y económico, al igual que lo había sido la arribada de la Pinta .
- Durante el proceso de investigación, ¿dónde encontró las principales fuentes?
-Fueron muy diversas aunque, en primer lugar, y como es lógico, en los primeros cronistas de Indias: Gonzalo Fernández de Oviedo, López de Gómara, el propio fray Bartolomé de las Casas...Especial mención merecen los datos que encontré en los documentos de los denominados Pleitos Colombinos, tanto los celebrados en España como en América. En estos pleitos se recogen testificaciones que son coincidentes y que me ayudaron mucho a la hora de elaborar este trabajo con toda solvencia.
-La carabela permaneció en Baiona durante dos meses, y después zarpó a Sevilla. ¿Por qué?
-Durante esas cuatro semanas de estadía en Baiona, los tripulantes se dedicaron a vender parte de las perlas y del oro que traían escondidos cada uno de ellos. Informados de ello, los Reyes Católicos enviaron al virrey de Galicia, Hernando de Vega, a Baiona, para que requisara las mercadurías de la tripulación y con la orden de que la carabela zarpase de inmediato rumbo a Sevilla. Y así fue. Se recogieron todas las perlas que habían vendido y, en Sevilla, los tripulantes implicados fueron juzgados, y en algunos casos muy severamente.Y es que, además de todo lo dicho ya, la arribada de esta nave a Baiona supuso un antes y un después en el control del comercio marítimo con el Nuevo Mundo. A partir de entonces, se fiscalizaron todas las naves que tenían que llegar a Cádiz o a Sevilla, donde se abonaba el Quinto Real.
-No obstante, a la de Alonso Niño y Cristóbal Guerra siguieron otras arribadas al puerto baionés.
-Sí, a esa le siguieron en el mismo año (1.500), los viajes de Alonso de Ojeda, Vicente Yañez Pinzón, Diego Lepe, Alonso Vélez, etc... Todos ellos con beneficios mínimos que escasamente cubrieron lo gastos. Y años después, también vinieron otras con el objetivo, más o menos velado, de evitar el pago del Quinto Real. Ahora mismo estoy investigando sobre la llegada a Baiona, en 1503, de una nao que procedía de la isla La Española y estaba comandada por Gómez Rivera y Antonio Maldonado. Traían un gran cargamento de oro y, por lo visto, al llegar aquí dijeron qu que se habían visto obligados a hacerlo debido al mal estado del mar...o quizás, digo yo, para evadir el impuesto, aunque esto lo confirmaré cuando finalice la investigación.
-¿Por qué, en cambio, Carlos I sí autorizó a Baiona para incluir su puerto en los viajes a las Indias?
-Supongo que la razón principal debió ser la importancia alcanzada por Baiona como primer enclave comercial portuario en la expansión marítima que sucedió al Descubrimiento. Otro motivo sin duda estribó en la necesidad de descentralizar la Casa de Contratación de Sevilla, a donde tenían que llegar hasta entonces todas las naves procedentes de América. Porque, ante el aumento del tráfico y el comercio marítimo, la verdad es que todo aquello se desbordó. Lo que Carlos I mantuvo, no obstante, fue la obligatoriedad de ir a esa Casa de Contratación, al igual que antes: la Casa actuaba como lo que hoy conocemos como aduana.
-Pedro (o Pero) Alonso Niño, Cristóbal Guerra, Luis Guerra... ¿quién mandaba en aquella expedición?
-El impulsor de la expedición fue Pedro Alonso Niño, uno de los grandes navegantes de la época, que aunque hay quien da por gallego, la verdad es que nació en Palos de la Frontera. Alonso Niño lo que hizo fue alquilar la nave a Cristóbal Guerra, un empresario sevillano que comenzó a amansar fortuna dedicado a la venta de galletas, pero éste le impuso a Alonso que el capitan tenía que ser Luis Guerra, hermano suyo, a pesar de que el tal Luis no tenía ni idea de navegación. Por eso a Alonso Niño, que en las crónicas figura como piloto, hay que considerarlo el artífice de este primer viaje comercial entre Europa y América.
