El 28 de septiembre, la dirección de Povisa tomó la decisión de entrar en preconcurso de acreedores por las pérdidas millonarias que venía arrastrando desde 2014 a raíz de la reinterpretación del concierto con el Sergas. En total la empresa cifra el déficit atribuible al concierto en 42 millones de euros, aunque con la actividad privada y la no distribución de dividendos en dos décadas, los números rojos reales del hospital se reducen a 15,2 millones desde 2014. Esta delicada situación económica derivó en reuniones entre ambas partes.
Finalmente, fue este pasado día 20 cuando Povisa y Sergas llegaron a un acuerdo que permitió levantar esta situación. En virtud de dicho acuerdo, la Xunta asumiría directamente el suministro de la medicación ambulatoria para pacientes externos, incluida la de alto impacto. A pesar de la rúbrica, la dirección de Povisa reconoció no sentirse satisfecha con el acuerdo, al que calificó de "pacto de mínimos".