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Big data "made in Galicia"

El Cesga se consolida en la vanguardia nacional de la Supercomputación tras 25 años como pilar de la ciencia y la investigación en Galicia

Big data "made in Galicia"

"El Cesga comenzó a prestar servicios en 1993 con seis o siete investigadores y yo dejo el centro con 50 profesionales altamente especializados y tremendamente motivados. Para mí es un motivo de orgullo el conocimiento que desarrolló y sigue desarrollando en Galicia el Centro de Supercomputación". Así se expresa Javier García Tobío, el anterior director del centro, al recordar su labor al frente de una institución que acaba de cumplir 25 años de existencia.

La creación del Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga) en Santiago situó a la comunidad gallega en la vanguardia nacional de la investigación basada en el cómputo de datos y sentó las bases para el desarrollo y la innovación en diversas áreas del conocimiento. Desde entonces ha participado en 200 proyectos de I+D+i, que han movilizado una financiación de 550 millones de euros. Y es que la supercomputación permite, entre otras cosas, realizar predicciones climatológicas precisas y fiables, fabricar nuevos productos con materiales más resistentes o calcular el impacto del ser humano en el medio ambiente.

Entre los próximos objetivos, de la mano de su nuevo director, Mauro Fernández Dabouza, figura la instalación en 2020 de un nuevo supercomputador, que será seis veces más potente que el actual, el FinisTerrae II. La inversión prevista para la adquisición de la nueva y potente máquina se eleva a los 7,5 millones de euros. Y entre los retos de futuro, el Centro de Supercomputación de Galicia apuesta por facilitar la investigación en todo lo relacionado con el Big data, el internet de las cosas y la Inteligencia Artificial, sin olvidar el apoyo a los estudios científicos y la innovación empresarial.

El primer director del Cesga, Juan Casares Long, recordaba a este periódico cómo se gestó un centro que llegó a poner en marcha "la primera red de banda ancha no estructurada de ATM del mundo" y que en la actualidad es el segundo Centro de Supercomputación de España en cuanto a capacidad tras el BSC-CNS de Barcelona. Los orígenes remotos del Cesga hay que buscarlos en mayo de 1990, cuando representantes de las tres universidades gallegas se reunieron para afrontar las "necesidades urgentes" de informática de los distintos campus. En la actualidad, el Cesga da servicio a la Red de Ciencia e Investigación de Galicia, que mantiene interconectadas a las tres universidades gallegas, así como las unidades de investigación de los hospitales y los centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Galicia.

En 1992, la Xunta de Galicia y el CSIC firmaban un acuerdo para constituir un centro de investigación y servicios puntero a nivel estatal en el área de la supercomputación. El Cesga se puso en marcha en 1993 a través de una sociedad instrumental participada por ambas instituciones. El primer ordenador del centro fue un computador vectorial Fujitsu VP2400 con 512 Mb de RAM, 1 Gb de memoria externa y una capacidad de procesamiento de 2,5 Gfl ops. Con sistema operativo Unix, se instaló en enero de 1993; un mes más tarde se conectaba con internet. Casares recuerda la escasez de medios del aquel momento, "hasta el punto de que los técnicos japoneses que instalaron el ordenador trabajaban sobre las cajas de madera del embalaje porque al principio no teníamos ni mobiliario".

A Juan Casares le sustituyó como director en 1998 Javier García Tobío, que ha estado al frente del Cesga hasta el pasado mes de octubre, en que asumió el cargo Mauro Fernández Dabouza. García Tobío llego al Centro de Supercomputación desde la empresa privada. "Hace 25 años yo era el director de la división de grandes proyectos de la compañía Fujitsu, y fuimos los proveedores del primer superordenador del Cesga", recuerda. Al mirar atrás una vez dejado el cargo tras su jubilación, su primer sentimiento es de orgullo por el prestigio que ha logrado el Cesga.

Entre los hitos que han marcado la trayectoria del centro, Javier García Tobío destaca la instalación de los supercomputadores FinisTerrae (2008) y FinisTerrae II (2015). "Como persona que trabajaba para el fabricante, Fujitsu, y como gallego, el año 1993 es un hito importante, porque echaba a andar el centro -explica-. Otro paso fundamental se da en 2006, cuando el Gobierno central, la Xunta y el CSIC acuerdan potenciar el área de supercomputación en España, dotándose del presupuesto suficiente para adquirir el FinisTerrae, que se instaló en 2008 como el supercomputador número 100 del mundo. Para mí fue el evento que más me reportó profesionalmente. Conseguir esa instalación en Galicia en un área tan competitiva como es la de la supercomputación fue la culminación del trabajo de muchos investigadores". Un acontecimiento que cambiaría también la trayectoria profesional de García Tobío, pues ese año se hizo cargo de la dirección del centro.

Hace tres años, en 2015, se instaló el FinisTerrae II, que aportó más capacidad de cómputo al centro. Como señala García Tobío, "cada 4 o 5 años años el supercomputador queda obsoleto, consume muchísima energía y proporciona poca capacidad de cálculo. Hay que tener en cuenta que las comunidades investigadoras tienen cada vez mayores necesidades de computación. Mi definición favorita de supercomputador la dio hace muchos años el director de un fabricante que ya no existe, Control Data: un supercomputador es aquella máquina de cálculo que está tan solo un paso por detrás de las necesidades de la comunidad investigadora".

Para García Tobío, el gran reto de la supercomputación es "conseguir en el plazo de dos o tres años una máquina de un trillón de operaciones por segundo. Hay una carrera de Estados Unidos, Japón, China y Europa por ser los primeros en conseguirlo. Porque para el desarrollo de la industria y de la investigación se necesitan esas capacidades de computación".

Para el nuevo director del Cesga, Mauro Fernández Dabouza, el primer reto a corto plazo del centro es la renovación del supercomputador FinisTerrae II para seguir potenciando la capacidad de cálculo de altas prestaciones. "Con una inversión de 7,5 millones de euros, está previsto que el nuevo supercomputador se empiece a licitar en 2019 para tenerlo ya instalado en 2020. De esta forma -comenta- seguiríamos manteniéndonos en los puestos altos del ranking nacional e internacional".

"El objetivo -continúa el nuevo director del centro- es seguir ofreciendo capacidades de alta computación a los investigadores de Galicia y del CSIC. Queremos potenciar también el acceso de la mediana empresa a las capacidades de supercomputación para su desarrollo futuro".

Al hablar del vertiginoso progreso de los avances tecnológicos, Mauro Fernández señala que "cualquier teléfono móvil que tenemos en el bolsillo tiene más capacidad de cómputo que el primer ordenador que se instaló". El próximo supercomputador del Cesga multiplicará por 6 o por 7 la capacidad actual del FinisTerrae II, "aunque no podemos precisarlo porque todavía estamos estudiando el nuevo proyecto".

El Cesga, que comenzó su andadura hace 25 años con apenas personal, cuenta ahora con una plantilla fija de unas 30 personas, que se eleva a 50 incluyendo los investigadores de distintos proyectos que utilizan el centro. "Estamos hablando de un personal muy especializado, tanto en cuestiones informáticas como en otras ramas científicas: física, química, biología?", apunta Fernández Dabouza. Respecto a las líneas de investigación prioritarias, el máximo responsable del centro cita, entre otras, ciencias de la Tierra, medicina personalizada, energías alternativas o diseño de nuevos materiales. "De cara al futuro -añade- se abren nuevos retos, como la nueva economía del dato, el internet de las cosas, el desarrollo de la industria 4.0 y todo lo relacionado con la Inteligencia Artificial". Todos esos campos, junto con el desarrollo del blockchain (cadena de bloques para blindar la seguridad de los datos) serán los puntos fuertes del futuro.

De todas formas, la computación de altas prestaciones seguirá siendo la base del Cesga, "pues nosotros somos un instrumento al servicio de los investigadores, aunque también podemos guiarles de alguna manera sobre las posibilidades que ofrece nuestro supercomputador".

La mayoría de los proyectos en que participa el Cesga son de carácter internacional. Muchos de los investigadores españoles son del ámbito universitario y de la Sanidad, "pero también de la industria, con la supercomputación ya más aplicada. En la nueva política europea de Ciencia estamos muy bien posicionados, y tenemos que jugar un papel muy importante de apoyo en la estrategia de innovación de Galicia, en los digital innovation hub", señala el nuevo responsable del Cesga. Como resumen, Fernández Dabouza cita los objetivos del Plan Estratégico del centro 2017-20: "fortalecernos como centro de excelencia en ciencia computacional aplicada, incrementar la presencia de la industria e intensificar el grado de internacionalización de nuestra actividad".

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