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Combinando lo mejor de ambos mundos

El confort y las prestaciones son máximas. r.r.

Hyundai ha marcado un antes y un después en las alternativas a los propulsores de gasolina y diesel. El Ioniq es el primer coche con tres fuentes de propulsión distintas que le distingue de cualquier otro vehículo en el mundo: eléctrico puro, híbrido enchufable e híbrido. En esta ocasión hemos probado el plug-in el híbrido enchufable que combina lo mejor de los dos mundos, ofreciendo hasta 63 km de autonomía en modo eléctrico y de CO2 de tan solo 26 g por km, con un consumo de tan sólo 1,1 l a los 100 km, en el ciclo NEDC.

Combina el nuevo 1.6 GDI de gasolina de inyección directa, motor de cuatro cilindros entregando una potencia máxima de 105 CV y 147 Nm de par motor. Además lleva un motor eléctrico de 61 CV alimentado por una batería de polímero de iones de litio de 8,9 kWh de capacidad.

Cuando nos ponemos al volante de un vehículo de estas características, lo primero que deberemos hacer es cambiar el "chip" de nuestra forma de conducir. Debemos tener claro que a mayor velocidad mayor consumo, y en este tipo de vehículos lo que prima por encima de todo es el consumo. Aunque pueda parecer extraño, lo cierto que tardas muy poco en convertir la experiencia de conducir en un juego, en donde lograr el consumo más bajo es el premio gordo. Galicia es un escenario perfecto para lograr los mejores consumos, ya que las irregularidades del terreno, con tantas subidas y bajadas, invita a aprovecharlas para lograr la máxima recarga y lograr con ello la máxima autonomía.

Si nos gusta una conducción relajada esta es una de las grandes opciones, puesto que tanto en modo eléctrico como en modo híbrido, con esa forma de conducción se obtienen los mejores resultados. Otro de los beneficios, sobre todo en las grandes ciudades, es su respeto con el medio ambiente, por lo que es apto para circular en situaciones de máxima contaminación y aparcamiento libre de cargo.

Otra de las virtudes de este Hyundai Ioniq plug-in es su caja de cambios, de doble embrague de seis velocidades que dispone de una buena dinámica de conducción y confort de marcha sin acelerones en los cambios de velocidad.

Exteriormente el Ioniq es un vehículo que gusta a primera vista. El pilar "C" en caída le proporciona al vehículo una sensación de deportividad que se traslada a su interior con una posición de conductor cómoda y unas amplias plazas para los pasajeros que hacen que viajar sea un auténtico placer. El único pero que se le podría poner es la utilización del pedal de pie como freno de mano, sistema que la firma debería cambiar ahora que comienzan a producir sus vehículos en Europa y para Europa.

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