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Piedras gallegas que cuentan historias prehistóricas

Documentan más de 3.000 manifestaciones de arte rupestre al aire libre

Recreación digital del petroglifo de Codeseda

"En Galicia tenemos una riqueza rupestre sin parangón en toda Europa occidental. Superior a zonas de Suecia e Italia, donde estas manifestaciones están protegidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Esperamos que la ciudadanía sea consciente de lo que es el arte rupestre y su valía, porque todos tenemos que proteger los petroglifos. Solo con la oleada de incendios de finales del verano pasado hubo una auténtica masacre de petroglifos", asegura Carlos Rodríguez Rellán, del grupo de Estudos para a Prehistoria do NW Ibérico-Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio (GEPN-AAT) de la Universidade de Santiago de Compostela.

Gracias al trabajo de este grupo, por fin, Galicia cuenta con una imagen completa de los petroglifos que están documentados. La cifra se ampliará, así lo afirman los investigadores, porque aún quedan muchos por identificar, pero con su trabajo se ha documentado la existencia de 3.374 estaciones rupestres por todo el territorio gallego. "Las prospecciones estadísticas que hicimos nos indican que los petroglifos en Galicia llegarían a los siete mil", apunta este doctor en Historia.

"Cifras e imágenes: una aproximación cuantitativa a los petroglifos gallegos" es el artículo que Rellán acaba de publicar, junto a Alia Vázquez Martínez y Ramón Fábregas Valcarce, en la revista especializada Trabajos de Prehistoria. "Pretendemos sentar las bases para que los arqueólogos tengan una visión amplia de lo que existe y que el común de la sociedad sepa dónde están los petroglifos para que se integren dentro de la memoria colectiva. Es importante que como sociedad sepamos la riqueza que supone el arte rupestre que tenemos en Galicia", asevera este historiador.

Según esta investigación la provincia de Pontevedra concentra "más de la mitad de los petroglifos de toda Galicia" (1.998, el 59,22%). Le sigue, a mucha distancia, A Coruña (778, el 23,06%). Mientras que en las dos provincias orientales el censo es más reducido: Ourense tiene 400 (el 11,85%) y Lugo cuenta con 198 (el 5,87%).

"En el área pontevedresa es donde se comienza a investigar. Las primeras referencias que se publican son de gente vinculada a la provincia de Pontevedra y se da la circunstancia de que han sido pontevedreses los grandes investigadores de petroglifos. Por lo tanto, en esta zona hay mucho más trabajo de campo", explica el historiador Ramón Fábregas, que pone como ejemplo el caso de Porto do Son: "Allí hace treinta años no había ni un solo petroglifo. Después de que nosotros estuviéramos haciendo un proyecto, el número anda rozando los doscientos. Los aficionados aún nos siguen notificando nuevos hallazgos en la zona, el más reciente fue en la parroquia de Baroña".

Pero por mucho esfuerzo investigador que haya, sostiene Fábregas, si no existen manifestaciones de arte rupestres al aire libre tampoco se pueden descubrir. "Probablemente, en la zona del suroeste de Galicia haya una tradición más profunda de realización de grabados al aire libre y eso explica que exista esa concentración", apunta.

Es llamativo que hasta ahora no existiese una instantánea de los petroglifos diseminados por toda la comunidad. Tampoco había un archivo digitalizado, estos investigadores partieron de analizar el Preinventario de arte rupestre disponible en la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, sobre el que trabajaron más de seis meses.

"En la Costa da Morte no se sabía que hubiera manifestaciones de arte rupestre, la primera apareció en Dumbría; y ahora tenemos un buen número en Carnota y nosotros hemos publicado varios hallazgos en Vimianzo. Pero no se ha investigado sistemáticamente como pudimos hacer en Porto do Son", relata Fábregas.

En su estudio publicado en Trabajos de Prehistoria esbozan una "líneas maestras" sobre el arte rupestre gallego y apuntan a que tiene un estilo "fundamentalmente geométrico" con cazoletas o combinaciones circulares como motivos más recurrentes. El grupo de petroglifos con manifestaciones naturalistas está compuesto principalmente por zoomorfos y armas.

"Hay motivos, por ejemplo, los animales, que se concentran en la zona costera del suroeste de Galicia, y no penetran hacia el interior: no existen en Lugo y prácticamente no se ven en Ourense. Eso puede deberse a que estos motivos tengan una cronología particular y que ya no los grabasen cuando llegaron a otras zonas. Pero también puede ser a causa de que existiese una tradición cultural distinta en esa parte de la costa", destaca Fábregas.

Ramón Fábregas también resalta que, a medida que se alejan de la costa, de esa esquina del suroeste gallego, la variabilidad en los motivos de los petroglifos disminuye. "En una misma roca encuentras menos variedad de motivos: aparecen solo cazoletas, o círculos o animales; pero no todo junto", dice el historiador, quien reconoce que aún no pueden responder al por qué de esta circunstancia que han podido constatar al elaborar un mapa con todas las manifestaciones de arte rupestre gallegas conocidas. "Hay que investigar, por ahora hemos constatado el hecho. Ahora vamos a intentar explicarlo", avanza.

Estos dos historiadores gallegos consideran "imprescindible" que se documenten los petroglifos ya conocidos y que se siga incentivando la búsqueda de más ejemplos de arte rupestre al aire libre. Así, seguirán trabajando para identificar esos más de siete mil ejemplos de estas manifestaciones artísticas que sus estudios les indican que tenemos en Galicia.

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