Dos mil dieciocho se está convirtiendo en un año de muchas novedades en el sector del automóvil. El pasado mes de mayo entraba en vigor una nueva ITV que despertó muchos recelos entres los conductores, pero que de momento, no va a ser tan terrible para aquellos automovilistas que tienen su vehículo tal y como salió de fábrica.
El segundo gran cambio del año llegará el primero de septiembre, y este sí que es para echarse a temblar, sobre todo para aquellos que tienen pensando comprar un coche a corto plazo, y que puede provocar que adelanten la decisión de compra del vehículo.
Hasta ahora, los fabricantes de vehículos utilizaban el "Ciclo de Conducción Europeo Nuevo-NEDC" como sistema para homologar consumos, emisiones, etc en los vehículos nuevos. Por un lado, con este sistema era imposible alcanzar los consumos que los fabricantes publicitaban en los catálogos, algo que siempre despertó la curiosidad de los conductores. Pero por otro lado, con ese sistema, los fabricantes lograban unas emisiones de CO2 muy controladas y, por lo tanto, se lograba ajustar el Impuesto de Matriculación con el que el Gobierno graba la compra de un vehículo nuevo. El año pasado, el estado recaudó 328 millones de euros en concepto de Impuesto de Matriculación, veintitrés millones de euros más que en 2015.
Desde el primero de septiembre el nuevo ciclo de homologación de vehículos se denomina WLTP (del inglés Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedures). Resumiendo, se trata de tener datos más reales de consumo, emisiones de CO2 y otro tipo de partículas contaminantes emitidas a la atmósfera. De esta manera, lo clientes tendrán en su mano datos más reales de las emisiones y consumos del vehículo por el que están interesados.
Las diferencias sustanciales entre un sistema y otro radican en que el tiempo de la prueba pasa de veinte a treinta minutos; se amplia el kilometraje recorrido, ya que con el NEDC se rodaban 11 kilómetros y ahora se van a rodar 23.25 kilómetros, ampliando también el número de fases. Con el NEDC había dos fases, sin autopistas y con un reparto de 66% para urbano y 34%, carretera. En el WLTP hay cuatro fases con un reparto de 52% urbano y 48% carretera, con velocidades más altas.
Otro de los cambios viene dado por la velocidad media empleada, ya que en el NEDC era de 34 Km/h, pasando ahora a 46,5 Km/h. Los últimos tres cambios también son claves, pues la velocidad máxima pasa de los 120 Km/h a los 130 Km/h; ahora se empleará el ciclo con todos los extras que lleve el coche y, por último, el cambio de marchan ya no será manual, como en el NEDC y dependerá del vehículo.
Evidentemente todos estos cambios van a ayudar de forma clara y contundente a obtener, sobre todo, unos consumos a los que cualquier conductor se va a poder acercar y no van a ser siempre un sueño.
Pero no todo van a ser buenas noticias para el conductor, ya que también hay peros, y muy importantes.
Al obtener datos más reales, hay un apartado que clave y es el de las emisiones, pues no podemos olvidar que hoy en día las emisiones van en función de ellas. Con menos de 120 g/km de C02, no se paga. Entre 121 y 160 g/km de CO2 se abona el 4,75%. Entre 161 y 200 g/km de CO2 el 9,75% y más de 200 g/km de CO2, un 14,75%.
Muchos coches están ahora al límite, por lo que nuevas emisiones van a hacer que den el salto y, por lo tanto, un coche de 10.000 euros pueda subir 475 euros o uno de 20.000 lo haga en 975 euros. Un cambio que llevará a replantearse a muchos adelantar la compra de coche nuevo.
