Francisco Iglesias era el patrón mayor de la cofradía de O Grove en 2002, cuando el "Prestige" desbarató las vidas de los gallegos. En aquel momento también ostentaba el cargo de vicepresidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra. Desde el primer momento se mostró crítico con las decisiones políticas que se tomaron y reclamó la movilización de la gente del mar para reclamar sus derechos. Participó en la creación de la Coordinadora de Confrarías afectadas por el "Prestige" que pidió un fondo de compensación para los marineros que estaban sufriendo pérdidas por la contaminación del fuel. Iglesias fue, además, uno de los que se declaró en huelga de hambre para demandar más medios a las autoridades.
-¿Cómo vivió los primeros días la amenaza del "Prestige"?
-Al principio nos enteramos de que había un petrolero a la deriva pero lo vivíamos como algo lejano. Los acontecimientos empezaron a cambiar y con las decisiones políticas que hubo empezamos a preocuparnos. Ese año había vientos del nornoroeste, lo que significa que todo lo que caía en el mar venía para la costa. Cuando hablaban de llevar el barco a Portugal, las manchas de fuel ya estaban delante de la ría de Arousa.
-¿Cómo reaccionaron los marineros?
-Salimos con el barco y nada más pasar Sálvora ya estaba ahí la masa de fuel. Al día siguiente ya tuvimos el chapapote encima. De aquí salió toda la artillería para combatirlo, los barcos, las lanchas... La intención era cogerlo antes de que llegase a la costa.
-Usted fue muy activo dentro del movimiento Nunca Máis, ¿cómo surgió?
-Surgió como respuesta a la impotencia. La situación era un poco surrealista. Veíamos que nuestro pan corría un serio peligro y que había que hacer algo para parar todo aquello. Los medios públicos daban una información y tú, por la ventana de casa, veías otra cosa. Aquella primera manifestación en Santiago fue impresionante. Yo fui solo, no nos organizamos, y allí nos encontramos todos.
-¿Con qué se queda de aquella lucha?
-La labor de todos los voluntarios fue lo que salvó a Galicia, si hubiésemos esperado por la Administración y por las decisiones políticas todavía estaríamos limpiando chapapote.
-¿Cómo afectó al sector pesquero?
-Nosotros hicimos un seguimiento de los cinco años siguientes. En los primeros tres año después del "Prestige" hubo pérdidas de más del 30% en el sector pesquero y marisquero. La disminución de la pesca fue muy considerable. Además, en O Grove hubo muchas prejubilaciones de armadores por la falta de trabajo. De una flota de unos sesenta barcos desaparecieron veinte. El fuel afecta a la reproducción de las especies, el primer año se notó menos porque ya habían desovado.
