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Manoel Soto Ferreiro | Exalcalde de Vigo (1979-1991)

"Me enorgullece la revolución que vivió el rural de Vigo aquellos años"

Su boda con Puri del Palacio en 1969 en Madrid.

Ourensano de humilde extracción, durante su infancia manifestó un amor a la música que hoy, ya jubilado, le sigue acompañando. Sin embargo, fue la política el área en que hizo historia, como el primer alcalde de Vigo de la democracia. Fue militante del PSdeG-PSOE en esta ciudad aún con Franco en el poder, urbe en la que no solo acabó instalado como buen ourensano sino de la que fue primer mandatario entre 1979 y 1991. Madrid fue sin embargo su primera incursión laboral tras dejar su ciudad de origen, cinco años en distintos departamentos del Grupo de Empresas Barreiros. A Vigo llegó en los años 70 para trabajar en la empresa textil Dresslock, de la que pasó a Tegalsa. Con Felipe González en el poder, Manoel Soto contribuyó con intensidad desde su puesto a la instauración de la democracia, gobernando con una coalición de cinco partidos de izquierda y participando activamente con ese ardor emocional que le poseía en luchas como la del Estatuto de Autonomía. Formó parte de dicho partido hasta 1998, cuando pidió la baja para fundar, junto con otros exmilitantes del PSOE e independientes un partido de izquierda y galleguista, Progresistas Vigueses. En 2006, Manoel Soto trabajó con su partido en la reconstitución del desaparecido Partido Galeguista al que se le sumaron otros partidos independientes para así concurrir las elecciones municipales de 2007. En estas elecciones Manoel Soto perdió su acta de concejal al no obtener el PG los votos necesarios (4.920 votos, 3,25%) para revalidarla. Alejado ya de la política, vive su jubilación tras una etapa dedicada al comercio internacional. La música sigue siendo su pasión, igual que la de su mujer, la pintora Puri del Palacio.

"Ahora que las hojas del calendario caen como pedradas, a menudo miro hacia atrás para deleitarme con los recuerdos o para hacer autocríticas. Aquel Ourense, muy distinto al de ahora, en el que nací el seis de abril de 1944 y en el que viví hasta mi adolescencia, rodeado del amor de una maravillosa familia de la que no solamente mis benditos padres, Antonio y María, sino también mis abuelos, hermanos, tíos y primos tenían, tienen y tendrán siempre un lugar de enorme importancia en mi corazón. Una familia humilde: mi padre tuvo que comenzar a trabajar a los doce años y llegó a ser oficial de Notaría. Mi madre sabía escribir con dificultad. Mi abuelo estuvo emigrado en América y era labrador. Con él aprendí a cavar, a vendimiar, a trabajar en las matanzas... Recuerdo los fríos inviernos consolados por el brasero y la botella de agua caliente para calentar los pies en la cama. Seguramente fruto de aquella pobreza casi muero de niño (según las opiniones de varios médicos no tenía salvación, excepto una intervención divina€ Y mi madre rezó día y noche...)".

"Aquella infancia. Tiempos de disfrutar con la compañía de mis amigos de niñez, aquellos que nacimos y jugamos en la misma calle y luego aprendimos juntos a mirar a las chicas€ Aún hoy nos reunimos media docena de amigos de entonces a comer una vez al mes aproximadamente. Y lo pasamos muy requetebién: cocinamos a veces (Moncho hace la mejor carne al caldero que conozco, y los demás tenemos otras especialidades), cantamos canciones gallegas y hablamos de manera incansable de nuestras anécdotas comunes (¡qué tiempos aquellos Moncho, Manolo, Paquito, Juan, José Antonio y Abelardo!). Tiempos de música pop y rock. Formé parte de grupos musicales cantando y tocando la guitarra de acompañamiento. Me gustaba sobre todo Elvis. La música es sin duda una de las principales guías de mi vida. Tiempos de estudio en el Cardenal Cisneros, en la Barrera (siempre que vuelvo a Ourense miro con nostalgia la calle que desde hace ya bastantes años usurpó su lugar). Tiempos de mis queridos maestros Xocas, Taboada, Pereira, Areán, del Filósofo, de la Paquita, Manuel, Barberá y demás... Por ejemplo, por las inquietudes que en mí sembró el Xocas comencé a leer todo lo que caía en mis manos: poesía, novela, teatro, ensayo, filosofía...".

"Al abordaje de la vida. A continuación vinieron mis trabajos en Madrid. Cinco años en distintos departamentos del Grupo de Empresas Barreiros, que después pasó a ser de la Chrysler Corporation. Y a poco de llegar a Madrid conocí a Puri, de la que fui amigo primero y ferviente enamorado después con ansia de casarme. Fuimos novios cinco años (entonces la gente sólo se casaba cuando tenía la seguridad de poder mantener una familia...) La familia de Puri era enormemente culta, con un bisabuelo y un abuelo miembros de la Real Academia Española de la Lengua, una abuela concertista de piano, una tía violinista, otra tía pianista, un tío catedrático... Yo frecuentaba las tertulias cultas de su abuelo y su padre (¡bendito Carlos!), me enseñó a comprender y a amar la música clásica mientras su madre (¡bendita Elisa!), me invitaba a almorzar con ellos, a merendar o cenar muchas veces. Eso sí, a las doce, como mucho, tenía que marchar porque a su parecer salían las brujas... En Madrid dirigí teatro, estudié idiomas... recuerdo que estudié italiano en el Liceo Italiano de Madrid cuando salía de trabajar en Barreiros, con el objetivo de comprender mejor las óperas de los grandes compositores italianos: los Verdi, Puccini, Donizetti, Rossini, Bellini, Mascagni, Leoncavallo, Ponchielli€".

"A por la boda. Luego, procurando una mejor situación para poder casarme, me presenté a una selección de personal para ir a trabajar al País Vasco, Logroño y Soria. Gané la plaza y fui allá tres meses de prueba. Ganaba 10.000 pesetas al mes. Me dieron la plaza fija y pasé a percibir 12.500 pesetas al mes. Inmediatamente volví a Madrid un fin de semana para casarme con Puri. Y fue, con muchísima diferencia, la mejor cosa que hice en mi vida. En los años setenta y tantos llego a Vigo para trabajar en la empresa de confección Dresslock. Una empresa que tenía más de setecientos trabajadores y que era de lo mejorcito de España. Desempeñé diversos puestos de responsabilidad hasta que me fui de gerente a Tegalsa (otra empresa de confección más pequeña, pues tenía doscientos y pico trabajadores. Guardo muy buenos recuerdos de todos los compañeros con los que tuve la suerte de convivir".

"La militancia socialista. Estando en Tegalsa entré en el Partido Socialista, que se escondía en la clandestinidad por mor de la dictadura franquista, con el ánimo de trabajar para ayudar a instaurar la democracia en España. Fui candidato a la Alcaldía de Vigo y al ser elegido alcalde gobernamos con una coalición de cinco partidos de izquierdas. Y a pesar de que teníamos diversas diferencias ideológicas, finalizamos la legislatura como amigos. También, aunque muchas veces tuviéramos muy intensas y apasionadas discusiones, con una buena relación personal con los miembros de derechas de la oposición. Goberné Vigo durante doce años de 1979 a 1991 (hasta hoy soy el Alcalde que más tiempo duró al frente de la Alcaldía viguesa), siempre en minoría, a base de muchísimo diálogo, pensando siempre en el bien común para poder llegar a acuerdos. Y los demás también se conducían con parecida generosidad de miras. Yo destacaría en mi haber en esos tiempos la lucha por la amnistía y el Estatuto de Autonomía, concretada en aquella manifestación del mes de Navidad en que se gritaba precisamente eso: "Libertad, amnistía, estatuto de autonomía". Sin falsos alardes, creo que fue decisiva mi participación en el seno del PSOE español para echar abajo el Estatuto de segunda que nos querían imponer desde las Cortes, alejándonos del de Cataluña y País Vasco".

"Lo que me enorgullece. Con la colaboración no solo de los concejales, no solo de los funcionarios sino de muchísimos ciudadanos, no creo envanecerme si digo que Vigo vivió en mi etapa en la alcaldía una verdadera revolución. Se cambiaron modos, conductas... y hubo un estado de obras. Aquí llegaron los reactores, nació el hospital del Meixoeiro, se consiguió la autovía con Madrid, se logró la Universidad para Vigo... pero por encima de esos hitos históricos hubo una revolución impresionante, no cantada todavía, que fue la del rural. En el rural se iba a numerosísimas casas pisando barro, sin luces... y una de nuestras prioridades políticas fue abordar el tema para que pasaran a tener una vida digna. Junto con los asfaltados e iluminaciones, desarrollamos el Plan de Seguimiento Integral y la construcción de muchos centros socioculturales que fueron semilleros de bandas de música, grupos de teatro... Claro, como no era en el centro de la ciudad, nunca fue bien cantada pero yo creo que fue una de las realizaciones más importantes que se han hecho en esta ciudad. "Por los hechos los conoceréis", dice la Biblia, y los hechos están ahí".

"La autocrítica. También fui un alcalde controvertido, pude tomar decisiones equivocadas... Tengo una espina clavada que me llevaré a la tumba y es que no supe ver la importancia -quizás porque no había aún sensibilización con el tema- de la eliminación de las barreras arquitectónicas en la ciudad para sus minusválidos. ¿Cómo no fui capaz de verlo? Otros sí lo supieron ver después y les aplaudo por ello. Otra cosa que me rondaba la cabeza es ir haciendo a Vigo una gran ciudad del arte en sus calles. No tuve tiempo. Quería convertir, por ejemplo, a Coia en una ciudad mural, ir pintando con murales los bajos de Coia, de acuerdo con sus vecinos. Seguir dotando de esculturas a la ciudad para que fuera adquiriendo peso en el mundo de la cultura y del arte. Eso me quedó en el tintero pero me siento contento por haber trabajado tanto, de haber implicado a tanta gente, feliz por haber sido durante esos años una especie de director de orquesta que intentaba el mejor ensamblaje de sus músicos. Porque lo importante no es que un director sea bueno sino que sepa hacer buenos a los que dirige".

"El 4, número feliz. Cuando dejé la Alcaldía me fui a Estados Unidos de Norteamérica durante tres meses, con el objeto de realizar un curso de inglés para post graduados. Y a continuación me puse a trabajar en comercio internacional. Y en esas andaba cuando los hados nos pusieron cuatro niñas delante. Asumimos su adopción como un compromiso humano, como un deber de conciencia, sin saber que estábamos jugando a la lotería. Y nos tocó. Tenemos cuatro hijas estupendas y tres nietos que nos embelesan (como a todos los abuelos)".

"Y la vuelta a la música. Tiempos ahora de música con mis arreglos musicales gracias al sistema midi, con el Coro Apóstol Santiago y las magníficas enseñanzas de Rimas Zdanavicius, luego con Vicus ad Líbitum (con el inestimable trabajo de Preciosa Ucha) y cantar siendo acompañado por una pianista tan excepcional como Rasa Jakutyte, algo que es un lujo impagable al alcance de muy pocos afortunados. Y siempre queriendo trabajar y trabajar€ Gracias infinitas a todas las personas con las que he compartido algo tan esencial para mí como la música. Estoy en tiempos de penúltima etapa y me falta otra vida entera para dedicarla a la música y al menos otra más para dedicarla a trabajos sociales con las ONGs€ Por eso viví mucho, pero no lo suficiente€".

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