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ESTELA 200 años de la iglesia madre de Vigo

La iglesia de Santa María se quedó sin cabildo tras la desamortización de Mendizábal, pero un siglo después fue erigida como sede del obispo de Tui-Vigo junto con la catedral tudense

San Juan Bautista | Esta talla de San Juan Bautista es del siglo XVII y estaba también en la antigua iglesia. Se ha limpiado pero está sin restaurar.

El 28 de marzo de 1813, en plena celebración del cuarto aniversario de la expulsión de las tropas francesas, una explosión del polvorín del castillo de San Sebastián hizo tambalear la estructura de la Colegiata de Santa María de Vigo mientras se celebraba una misa solemne en honor del Cristo de la Victoria. Tres personas perdieron la vida y hubo numerosos heridos; la iglesia quedó tan dañada que se hizo preciso demolerla por completo. El 26 de junio de 1816, hace hoy 200 años, el obispo de Tui bendecía la primera piedra del nuevo templo, la actual Concatedral de Vigo.

Aunque este bicentenario no se celebra con ningún acto especial, el párroco de la Concatedral de Santa María, Moisés Alonso, subraya que "este aniversario supone conectar de nuevo con los momentos de vibración, esperanza y alegría que vivieron los vigueses en 1816 con la reedificación del templo que había quedado destruido. Durante varios años, el culto se tuvo que celebrar en la Capilla de la Misericordia".

El nuevo templo, proyectado por Melchor de Prado y Mariño, fue edificado en el mismo lugar que ocupaba la vieja iglesia. En la sacristía actual se puede observar una pequeña columna con capitel de la antigua Colegiata; es el único elemento arquitectónico que se conserva del viejo templo junto con el tímpano, que se encuentra en el Museo de Pontevedra y del que se acaba de realizar una copia en piedra. "Era una iglesia más pequeña y a su lado se encontraba el cementerio; se han hallado en la zona laudas sepulcrales, posiblemente de templarios", refiere Moisés Alonso.

Además de esa pequeña columna, de la iglesia anterior se conservan cuatro tallas: una imagen de Juan Bautista del siglo XVII, el Cristo de la Victoria, una Piedad y una tabla con la Adoración de los Pastores que se encuentra en el Museo Diocesano de Tui. "Como curiosidad, en esa tabla policromada aparece la figura de un gaitero adorando al Niño", comenta el párroco de la Concatedral.

El templo que ahora cumple 200 años es de estilo neoclásico, aunque las torres se construyeron más tarde y son barrocas. De planta rectangular, con pórtico y coro, tres naves con imponentes columnas dóricas, un profundo ábside y sacristías laterales, está considerado como el ejemplo más destacado del neoclasicismo gallego. Para los cimientos se empleó piedra de la cantera de O Castro mientras que para la sillería se utilizó la de Castrelos.

En su libro "Santa María de Vigo", Montserrat Rodríguez Paz señala que para las obras se creó en las inmediaciones un taller de carpintería y otro de cantería en el propio atrio del templo, donde trabajaban sesenta canteros. Consigna asimismo que para el apuntalamiento se emplearon hasta 300 palos de roble y pino de la comarca.

La construcción de la nueva Colegiata de Vigo estuvo marcada por las dificultades y carencia de medios. De hecho, el Ayuntamiento decidió paralizar las obras en 1817, trabajos que no se reanudaron hasta 1825. Tras tres años de actividad, los trabajos volvieron a sufrir un parón en 1828 debido a la contribución extraordinaria de guerra, que exigió la creación de arbitrios.

En 1833 se colocó el pavimento y se finalizó la sacristía y al año siguiente falleció Melchor de Prado. Finalmente, el 13 de marzo de 1836 tuvo lugar la bendición de la nueva iglesia sin estar finalizada, pues faltaban las torres, los ornamentos interiores y el atrio. Al año siguiente se labró en la fachada lateral que da a la calle Palma el reloj de sol o cuadrante solar.

La iglesia de Santa María había sido designada Colegiata en 1497, cuando se nombró un prior y cuatro sacerdotes más para atenderla. Tras la desamortización de Mendizábal, la iglesia deja de ser Colegiata con la entrada en vigor en 1851 del nuevo Concordato entre el Estado español y la Santa Sede. Sin embargo, la gente ha seguido llamándola Colegiata hasta la actualidad.

El 26 de noviembre de 1901 se instaló en el templo una lámpara de araña, que puede verse aún en la actualidad y que fue regalada por el Conde de Torrecedeira. En 1909, con motivo del primer centenario de la Reconquista, se instaló un nuevo órgano, adquirido por 12.500 pesetas. Inaugurado en el mes de diciembre, el órgano había ganado el primer premio en una exposición de Santiago de Compostela.

A finales de septiembre de 1927, con motivo de una visita oficial a Vigo, Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia fueron recibidos por el Obispo de Tui, Vidal Boullón. Finalizado el acto, Eijo Garay explicó a los monarcas el significado del Cristo en la historia y la devoción de los vigueses. En la iglesia se conserva la cruz pectoral que Vigo regaló a Eijo Garay en su ordenación episcopal tras una donación popular.

Al constituirse la Diócesis de Tui-Vigo, el templo fue erigido como Concatedral por el Papa san Juan XXIII el 25 de junio de 1959.

Mosaicos de Padrós

El paradero del anterior retablo de la Colegiata sigue siendo una incógnita. "Sabemos que lo vendió el Cabildo catedralicio, pero ignoramos a dónde fue a parar", comenta el actual párroco de la Concatedral. Los mosaicos del actual presbiterio son obra de Santiago Padrós Elías. De estilo bizantino y con predominio de dorados, se instalaron entre 1962 y 1963. Padrós es el autor de los mosaicos de la cúpula de la basílica de la Cruz del Valle de los Caídos. Como señala Moisés Alonso, la instalación de los mosaicos no fue fácil, pues en aquellos momentos apenas había dinero para pagarlos, por lo que desde la antigua Colegiata de Santa María se realizaron numerosas gestiones a nivel nacional para hacerse con los servicios del prestigioso mosaísta.

La obra se presupuestó en 1.100.000 pesetas y se desarrolló en dos fases, siendo inaugurada la primera con motivo de la fiesta del Cristo de 1964. La segunda quedó inconclusa al fallecer Padrós en 1971 en un accidente de automóvil. "Los primeros paneles que se instalaron fueron los tres que se encuentran al fondo", añade el párroco de la Concatedral. Se trata de las escenas en que aparece el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal (en el centro), el castigo por el pecado (Adán y Eva arrojados del Paraíso) y la promesa de salvación (la Anunciación de S. Gabriel a la Virgen), con la leyenda en latín "El que en un árbol venció, fue en otro árbol vencido". En otros paneles que decoran las sobrepuertas de las sacristías se representan la llegada del Cristo de la Sal en un galeón, la puerta de Gamboa durante la batalla contra los franceses y una procesión del Cristo de la Victoria.

Los mosaicos de la bóveda datan de 1967 y muestran la coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad en la apoteosis celestial. En la bóveda se representan los patrones y patronas de las distintas parroquias de la Diócesis de Tui-Vigo.

Restauración del Cristo

Otro de los hitos en la historia del templo fue la restauración de la imagen del Cristo de la Victoria en 1998. "El resultado causó cierto revuelo entre los feligreses -recuerda Don Moisés-, porque recobró su color original, algo a lo que ya no estaban acostumbrados. Y es que, a consecuencia del humo de las velas y de recubrir la pintura dañada con betún de judea, la imagen se había ido oscureciendo". Tras esos primeros momentos de sorpresa, los vigueses valoraron la recuperación del color original de la imagen.

En cuanto a la talla, se trata de un Cristo de la escuela castellana realizada en 1717 o 1718, aunque algunos estudiosos creen que es incluso anterior y que es obra de Sebastián Ucete. Sea como fuere, lo cierto es que en 1740 el Cristo ya estaba en la Colegiata viguesa. Ángel Ilarri Gimeno encontró traspapelada entre las actas municipales una carta de ese año de Dña. Bernarda Bello de los Ríos, que solicitaba permiso para recolocar una tarima que había sido retirada cuando se enlosó el templo. En aquella carta se hace referencia a una columna frente a la que se haya situado el "Santíssimo Christo de la buena Victoria?".

El párroco de la Concatedral, Moisés Alonso, desea que este bicentenario "sirva para renovar la construcción del templo del Señor en cada uno de nosotros, con la alegría y la esperanza que vivieron los vigueses hace 200 años".

Párrocos de los 120 últimos años

  • Entre los párrocos de la iglesia de Santa María de Vigo del último siglo destaca la longevidad en el cargo de Faustino Ande García, ecónomo desde el año 1901 y párroco desde 1904 hasta 1950. Esta es la relación de párrocos de la antigua Colegiata desde 1897:-Teodoro Sánchez Patiño, abad prior de Vigo (28 -06-1897).- Manuel Pérez Barreiro, ecónomo encargado de Sta. María de Vigo (19-03-1901).-Faustino Ande García, ecónomo (28-04-1901), abad-párroco (16-12-1904).-Alfonso Casas Villanueva, chantre de la catedral de Tui y encargado de ésta (28-05-1950); ecónomo (08-06-1950); párroco (17-07-1955).-Juan Bravo Carrera, ecónomo (01-10-1970).-Ramón Búa Otero, ecónomo (12-03-1977).-José Pereira Pérez, ecónomo (13-03-1982).-Moisés Alonso Valverde (21-11-1996).

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