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Miguel Barros | Doctor en Ciencias Políticas, maestro, exparlamentario y exconcejal en Vigo

"El debate sobre la capitalidad de Vigo en los años 80 fue una experiencia amarga"

Anarquista en su juventud, fundador del Movemento de Mestres en los 70, militó durante casi treinta años en el PSOE

En el centro, de pie, con miembros de la primera corporación democrática de Vigo, en 1979 en el pazo de Castrelos.

Si hay una cosa que no se le puede negar a Miguel Barros es una honestidad y coherencia que en política le restó flexibilidad y propició su alejamiento de ella, a pesar de ser un animal político. Nacido en Cotobade, fue uno de los fundadores de aquel Movemento de Mestres de Pontevedra que abrió brechas en el concepto vertical de la educación que se vivía bajo el franquismo. Parlamentario durante tres legislaturas, ponente de leyes tan importantes como la de Democratización de la Enseñanza en Galicia, hombre de fuertes convicciones democráticas, Barros siempre se destacó por decir lo que pensaba aunque eso fuera contra lo que hoy día llamamos políticamente incorrecto para su partido y por tal causa, que incluía la mayor galleguización del aparato, acabara renunciando a su militancia en el PSOE en que había entrado en 1978. Aún habría de tener otra experiencia política con Compromiso por Galicia, sin éxito en las urnas. Nadie como él conoce la vida y obra de Ramón Piñeiro, objeto de sus tesis doctoral de 1.000 páginas en Ciencias Políticas. Está casado y es padre de 5 hijos.

"Nací el 21 de noviembre de 1944. No tengo recuerdos de mis padres hasta andados los seis o siete años. Por ser mi familia muy prolífica, con motivo del nacimiento de una hermana fui llevado a la casa de mis abuelos maternos en Dorna, cerca de mi aldea de Carballedo, para destetarme, como se decía de aquella. Mis tíos y abuelos me atendieron y me mimaron con extrema dedicación y con motivo de una visita de mi padre, al ver que yo escapaba y huía de él como de un extraño, decidieron mi traslado de nuevo a Carballedo a la fuerza. Poco estuve en la casa paterna, de la que no conservo memoria alguna. Como en o Lugar de Chán (lugar donde residían mis abuelos paternos) no había niños, pues mi tía Lola no tenía hijos, fui requerido en esta casa, donde -supongo que alrededor de los años 47 o 48- me quedé a vivir. Quedan, entre las cenizas de mi memoria de infante, la impresión del espectáculo de la luna llena desde el patín de la casa de mis abuelos -Ramón y Manuela-. Impresión tan vívida que yo había solicitado del abuelo Ramón que me acercara a la cumbre del monte, donde teníamos un campo de pasto -Cartemil-, seguro de poder conseguirla con la mano. La luna llena desde mi aldea en enero o en verano es un espectáculo de belleza y misterio sin par. Aún hoy, este vínculo con la infancia más tierna sorprende mi atención con indecibles emociones".

La adolescencia. "Al lado de la casa donde me crié funciona la panadería de Francisco, hecha por mi otro abuelo, José Barros, allá por los años treinta. Como todas las panaderías trabajaba de noche y la amasadora era mi compañía para ahuyentar el miedo a la oscuridad. Cuando la amasadora paraba yo despertaba. En las horas de vela elaboraba discursos y fantaseaba hasta volver a dormir cerca del amanecer. A un lado de la misma casa está la Capilla de San Roque, de planta hexagonal y torre-campanario cuadrangular. Las llaves de la capilla y algunos santos se guardaban en la casa de los abuelos y yo disfrutaba del privilegio de subir al campanario a entregarme a mis lecturas. Las tardes de los veranos en ese campanario me permitieron conocer las extrañas novedades editoriales de la Editora Nacional, custodiadas en el Ayuntamiento. Entre las colecciones figuraba la de los Breviarios de del Pensamiento Español y allí pude recorrer selecciones de textos del Padre Victoria, Ginés de Sepúlveda, Garcilaso, Suárez€ hasta críticos teatrales como Alfredo Marqueríe o Miguel Pérez Ferrero. Por cierto, también dispuse de la obra de Julián Marías La Filosofía del Padre Graty, tesis doctoral del autor dirigida por Zubiri y boicoteada por Rafael Calvo Serer y los integristas católicos del ministerio de Ibáñez Martín, por liberal y sospechosa para las aduanas que custodiaban la higiene doctrinaria del Régimen. Esta curiosidad, diríamos que malsana, me inmunizó para siempre contra cualquier virus, opinión o contacto, tanto de los zelotes do Movimento, como de los llamados falangistas liberales. De todas maneras siempre hay una excepción y José Luis de Blas Docente merece ser citado, al igual que las figuras de Dionisio Ridruejo, Antonio Tovar y Pedro Laín han de ser objeto de consideraciones más matizadas".

La juventud. "Los cuidados y esfuerzos puestos en marcha por los centinelas del fascismo católico y los ideólogos del sistema educativo del régimen franquista, se centraron en el objetivo de formar un profesorado en los niveles básicos, medios y universitarios esterilizado de cualquier tendencia crítica o influencia doctrinal perniciosa y desde niños el Frente de Juventudes velaba por el desarrollo de una juventud higienizada en lo ideológico y devota en lo religioso. Antes de incorporarnos, a través de las oposiciones al escalafón profesional, los maestros teníamos que superar una prueba indirecta de adhesión y respeto al Régimen pues la doctrina del caudillaje y de culto a la personalidad del Dictador fueron inoculadas desde los primeros cursos del bachillerato mediante lo estudio de una asignatura de contenido típicamente fascista, que se titulaba Formación de Espíritu Nacional. Antes de opositar teníamos, los aspirantes a maestros que obtener el título de Instructores del Frente de Juventudes, preceptivo para poder participar en las mencionadas oposiciones. El campamento de mi promoción estaba ubicado en San Miguel de Reinante, en la costa lucense, junto a la hoy llamada Playa de las Catedrales, donde nos bañábamos. Quince años después de esta experiencia volvemos a Lugo los dirigentes del Movimento de Maestros de Pontevedra (M.M.P.) y en la Escuela Aneja, de la que era director De Blas Docente, se celebró la reunión que convocaba a la huelga del magisterio en Galicia, la primera que yo recuerde".

Vigo, un mundo apasionante. "Celebradas las oposiciones del año 1963 el Régimen acometió el proyecto de una alfabetización total de la población. De hecho las instituciones internacionales eran muy críticas con los niveles de analfabetismo en el país. La Campaña de Alfabetización implicó a casi totalidad de los efectivos egresados de aquellas oposiciones. Fui destinado a Vigo y senté plaza por las tardes en las escuelas del Areal, en García Barbón. Era uno de los últimos colegios funcionando en régimen de graduada. Por las tardes acudían los operarios de la Metalúrgica o de la fábrica de cervezas de la Barxa, de las conserveras o de Chocolates La Perfección que estaban también en la calle García Barbón. Recorrí algunos otros centros y también di clase en Proxa, fábrica de precocinados, y en Granitos de Antonio Ramilo. Durante esta época practiqué el pluriempleo, que era una dulce pócima para cuadrar las cuentas cada final de mes. Tras el servicio militar en Montelareina y Tarifa, reincorporado a mis funciones profesionales en Vigo constituimos un grupo de colaboración que al amparo de un inspector galleguista (Luis Viñas Cortegoso) nos permitió no solo documentarnos sobre la filosofía de moda, la revisión de la metodología de las matemáticas o de la teoría del lenguaje, sino que facilitaba igualmente una actividad política de resistencia silenciosa y galleguista. Este grupo daría lugar posteriormente al núcleo fundamental en Vigo del que había de ser el Movimento de Maestros de Pontevedra que tuvo una importancia cierta en la liquidación del corporativismo falangista en el magisterio y que se extendería al largo de los años 70 a enero del 77".

"En el año 1974 vivimos un momento político especialmente novedoso pues, arrastrados por el entusiasmo y por el éxito que había tenido el Movimento de Maestros, concurrimos a las elecciones municipales por el tercio familiar y José María García Picher consiguió plaza en el consistorio empujado por el magisterio vigués. Con el Movimento de Maestros finalizó una etapa apasionante de mi vida y se iba a iniciar otra de sentido vital trascendente y de importancia política cierta en mi modesta aventura vital. Después de pasar por la CNT y de imprimir y repartir el diario de esta organización sindical en Vigo (¡Despertad!) organicé con mis compañeros la primera asamblea de la CNT en Galicia que celebramos en el Colegio Nacional de Costa-Castrelos -hoy Maestros Goldar- donde yo era director. La actitud juvenil y combativa de la organización anarquista justificaba mi tributo de admiración pero, indudablemente, los postulados del anarquismo carecían de vigencia práctica y abandoné la organización para ingresar en el Partido Socialista por el año 1978. En el PSOE llevé a cabo una andadura de casi 30 años y se puede decir que fue mi ámbito político por excelencia, participé en las elecciones municipales del año 1979 y comprobamos que la democracia es un sistema extraordinariamente flexible y que facilita el aprendizaje del gobierno sin previa experiencia en las actividades del mismo. Tengo que añadir que en el año 1983 fui candidato galleguista a la Secretaría General del PSdeG-PSOE en el Congreso de Lugo, después de la dimisión de Paco Vázquez. Con posterioridad, en el Congreso de Ourense, en 1985, los galleguistas volvimos a intentarlo pero Madrid forzó la integración promoviendo a la Secretaría General en Galicia al diputado Antolín Sánchez Presedo".

"Fui diputado en las tres primeras legislaturas del Parlamento Gallego, vivimos la amarga experiencia del debate sobre la capitalidad de Galicia y con todas las consecuencias fuimos protagonistas de una moción de censura -la primera- contra el gobierno Albor que fue sustituido por otro de coalición presidido por el socialista Fernando González Laxe. De mis recuerdos de la actividad parlamentaria destacaría el debate sobre la Educación, en el año 1981, la Lei de Democratización do Ensino, la Lei do Plano de Investigación Científica e Técnica de Galicia ... Fui el responsable parlamentario en la comisión, ponencia y debate. En el año 1992, fatigado de la actividad política interna y decepcionado por el fracaso que implicaba la galleguización del socialismo organizado en el PSOE, renuncié a mi acta de diputado y tuve una experiencia muy enriquecedora en el ámbito de la empresa privada. En este tiempo inicié igualmente los pasos para dar cima a la Licenciatura en Ciencias Políticas y de la Administración, acuciado por mi exigencia interna de coherencia, pues cumple reconocer que he sido un político más coherente que flexible, y como consecuencia obligada, siempre lejos de los centros de poder. Aún tendría un nuevo contacto con la política participando en las elecciones municipales del año 2003 haciendo team con Ventura Pérez Marino. Las dificultades de esta última etapa motivaron que había finalizado mi andadura política en el Partido Socialista tras dimitir de mis responsabilidades en el Ayuntamiento y en mi militancia en el PSdG-PSOE. Tengo que reconocer el mérito de los jóvenes que se plantearon en Amio las opciones del nacionalismo galleguista desistiendo del independentismo como objetivo político propio y constituyeron Compromiso por Galicia, partido al que yo estimé coherente ayudar, dado que durante años estuve esperando un proyecto nacionalista gallego que expresamente considerara la independencia como un objetivo anacrónico y limitador de la expansión del voto galleguista en el espectro político gallego. Una vez más pienso que fui coherente pero escasamente práctico. No basta pensar que tenemos razón, resulta muy duro comprobar que pocas veces nos la dan".

"Considero la vida una actividad para expertos, en consecuencia tengo que mantener la perpendicular en esta escalera que tiende cada vez más a la verticalidad. Al margen de los sufrimientos que la existencia nos depara, no pienso abandonar la reflexión y el estudio de las ideas políticas en el tiempo que me reste de lucidez mental y curiosidad intelectual. En Política aprendí que "La vida es un arte para expertos". Hay que ser cautos en el pensar, mesurados en el sentir, nada afanosos en el hacer, porque todo entusiasmo es nefasto para una vida feliz y existosa".

Tiempos de mili

  • U na referencia inexcusable de un chico de aquellos años obliga necesariamente la mentar al servicio militar que cumplí en Monte La Reina y después las prácticas en la plaza de Tarifa. La actual sede del Parlamento de Galicia entonces era cuartel, donde un comandante, de los llamados prusianos, establecía como obligación que cada aspirante debía acudir ante su presencia en aquel cuartel con el uniforme encargado en alguna sastrería militar de Santiago y él revisaba si se cumplía las condiciones para que los jóvenes presentaran un aire garboso.

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