Tan difícil puede ser el paso de emigrar a otro país como el tomar la decisión de retornar al propio. Por eso, y para apoyar a los migrantes en situación de vulnerabilidad económica que quieren volver a su país de origen, la asociación Diversidades, miembro de Red Acoge, ha puesto en marcha por segundo año consecutivo el proyecto "Retorno voluntario".
"Lo solicita mucha gente pero solo tenemos recursos para ayudar a tres personas, por eso hemos de valorar exhaustivamente la situación de cada una, explica Antía Gómez, responsable del programa. El equipo de Diversidades tiene en cuenta unos rígidos criterios a la hora de aceptar solicitudes: los beneficiaros han de llevar residiendo en España, como mínimo, tres meses, y se les da prioridad, por este orden, a menores que viajan solos; personas con diversidad funcional; enfermedades graves; edad avanzada; familias monoparentales con hijos menores; y personas que han sido sometidas a tortura y otras formas graves de violencia psicológica o de género, como las víctimas de trata.
Pero ¿cuáles son las razones para querer volver? Desde Diversidades lo tienen claro: desarraigo social, falta de empleo y problemas económicos. "Vienen con unas expectativas que luego no se cumplen. Se fían de dimes y diretes y esperan más facilidades y ayudas, una situación más amistosa y una mejor acogida. Y lo que se encuentran es una realidad totalmente distinta, con muchas dificultades para regularizar su situación y conseguir un trabajo, que produce un gran desgaste psicológico que los empuja a una situación de desamparo total".
El retorno voluntario gestionado por Diversidades, que se ocupa de toda la zona norte de la Península, es del tipo conocido como "asistido", diferente al denominado "productivo", en el que la persona migrante regresa con un empleo asegurado desde España. "Nosotros nos aseguramos de que lleguen y una vez allí, les informarmos sobre los recursos que tienen a sus disposición en el país de origen", añade Antía, quien apostilla que, aunque no se les consiga un trabajo, sí se prioriza el hecho de que tengan oportunidades una vez llegados, bien a través del apoyo familiar, bien porque tengan diversas opciones laborales. "No tiene sentido que vuelvan si van a estar peor de lo que están en España".
Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, Senegal o Ucrania son algunos de los países de retorno más solicitados. "Hemos tenido también peticiones de Venezuela, pero cuando vemos que la situación del país está mal, tratamos de que no regresen", señala Antía.
Entre los posibles beneficiarios de este año se encuentra una familia brasileña que lleva tres meses aquí. "Muy ilusionados, vendieron todo y lo dejaron todo atrás para venir a España. Ahora, con hijos pequeñitos y sin recursos económicos, no tienen forma de volver".
A Diversidades también ha llegado un hombre senegalés que vive en la calle. "Son situaciones que hemos de priorizar: personas en situación irregular, que tienen bloqueadas o muy bloqueadas las posibilidades de insertarse laboralmente".
Trámites y ayudas
El proceso comienza con un informe social para evaluar la situación de la persona. Una vez iniciados los trámites, ésta tiene que firmar un compromiso de no retorno a España en 3 años.
El programa, cuyos fondos proceden del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y del Fondo Social Europeo de Emigración, cubre los billetes de avión y, una vez en el país, facilita una ayuda de primera instalación y un dinero de bolsillo de alrededor de 50 euros. Además, se les sufragan los desplazamientos necesarios para llegar a su localidad de origen.
"También proporcionamos atención psicológica, para apoyarles y evaluar si es una decisión tomada con el suficiente criterio. Y una vez efectuado el retorno, realizamos un seguimiento para asegurar su reintegración efectiva en la sociedad de origen".
