Hace tres años, el profesorado del CEIP Fonte Escura decidió poner en marcha un nuevo proyecto inclusivo: una huerta orgánica donde los alumnos, además de estar en contacto con la naturaleza, pudieran aprender cualquier materia, desde matemáticas a lengua, rodeados de plantas.
El pasado 12 de abril, el centro celebró su plantación de primavera, sembrando hortícolas y ornamentales que en pocos días serán protegidas por un espantapájaros. Este año han mejorado los bancales, elevándolos 50 centímetros para poder trabajar en ellos con más comodidad. Además, han construido uno más elevado para que los niños y niñas que van en silla de ruedas puedan laborar desde ellas.
Las actividades que se llevan a cabo en la huerta son numerosas, desde el abonado orgánico con fertilizante propio del compostero y vermicompostero hasta la plantación de árboles autóctonos. Los frutos de temporada, sembrados, cultivados y recolectados en invierno y primavera, se reparten entre el alumnado que, comprometido con las tres R (reducir, reciclar, reutilizar), no duda en sembrar en vasos de yogur, botellas u otros recipientes brotes que continúan cultivando en sus propias casas.
El huerto -donde se han colocado trampas contra las velutinas para de esta forma proteger las especies autóctonas- "es un espacio lúdico y hermoso donde aprendemos matemáticas, naturales, lengua y la vida misma", apunta Alicia Castro, profesora del centro. "Todo el alumnado participa de estas actividades y está muy motivado", apostilla.
