En mayo de 1993, un grupo de vigueses observó la necesidad de crear en la ciudad un espacio donde se pudiera disfrutar de un cine menos comercial que aquel al que les tenían acostumbrados las salas.
La asociación cultural sin ánimo de lucro, presidida por Fran Álvarez, se bautizó como Cineclube Lumière e inició su programación con proyecciones todos los lunes de septiembre a junio. El auditorio de la desaparecida Caixanova fue el primer lugar donde se pudieron ver las películas propuestas por el grupo de cinéfilos. Más tarde, firmarían un convenio anual con la concellaría de Cultura, que les permitió proyectar en el auditorio municipal, su actual base de operaciones.
Debido a las distintas reformas que se han llevado a cabo en la sala de Praza do Rei, durante una época el cineclub viajó de forma itinerante por distintos espacios, como el cine Salesianos, el Centro Comercial Plaza Elíptica e, incluso, el cine Ronsel. "Era la pantalla más grande de Galicia, impresionante, y nosotros fuimos de los últimos en ocuparlo", recuerda Emilia López, directora de Lumière y secretaria de la directiva, presidida por Xoán Anleo.
De las primeras épocas, la responsable de la programación del cineclub recuerda llenos históricos en Caixanova. "Yo creo que, a raíz del éxito que cosechamos, ellos también empezaron a programar ciclos de cine. Pero Lumière fue el pionero en Vigo", apunta.
La buena respuesta continúa después de más de dos décadas, aunque la forma de ver películas ha cambiado radicalmente. "Ahora la gente ve mucho cine, más que antes, pero en su casa, a través de las plataformas digitales. Asisten menos a las salas y nosotros también hemos notado ese cambio".
Durante años, los vigueses pudieron ver los mejores filmes de los festivales nacionales e internacionales gracias a Lumière. Sin embargo, hoy este papel lo juegan en la ciudad los Multicines Norte, por lo que el cineclub se ha adaptado a las nuevas circunstancias apostando por un cine aún más alternativo y minoritario. "Proyectamos, por ejemplo, películas de las secciones paralelas de los festivales. Es un cine de muchísima calidad, pero menos conocido y menos publicitado", explica la directora.
De esta forma, continúan ejerciendo un decisivo papel como descubridores de lo mejor del séptimo arte para el público vigués. "Como encargada de la programación, sí que trato de mostrar esas miradas que no tienen cabida ni en las salas comerciales ni en las plataformas digitales", apostilla.
La calidad y la diversidad de propuestas son los criterios que priman a la hora de elaborar un calendario en el que Emilia invierte horas y horas de documentación, leyendo y contrastando opiniones y críticas para encontrar aquellas películas que despierten el favor del público de Lumière... sin desequilibrar el presupuesto, claro. "Contamos con los 10.000 euros del convenio con el Concello más lo que ingresamos en taquillas y cuotas de socios. Es una cantidad muy ajustada".
Aunque cinéfilo, el público vigués es, en opinión de la directora del cineclub, poco curioso: "Sí que echo de menos un poco más de curiosidad y de confianza en nuestras propuestas. Que la gente se acerque sin miedo a descubrir nuevas películas y directores, con la confianza de que nuestras elecciones van a ser buenas, porque así lo han sido en las últimas dos décadas".
La media de edad de los asistentes habituales a las proyecciones es de 40 años. "Echo de menos también que se acerque gente más joven", afirma Emilia, para quien el cine no es un trabajo, sino "una manera de estar en el mundo" a la que dedica horas, días y meses en busca de películas.
En los últimos tiempos, también con el objetivo de diferenciarse de las salas comerciales, el cineclub ha apostado por los ciclos temáticos para las proyecciones de los lunes.
A estas hay que sumar la oferta de cine contemporáneo francés en colaboración con la Alianza Francesa, que en noviembre llevará al auditorio cuatro documentales del país galo.
La propuesta cinéfila se completa desde hace tres años con las sesiones de Filmoteca. "Gracias a la Federación de Cineclubs se llegó a un acuerdo con el Agadic y el CGAI para que su programación no se quedase solo en A Coruña, sino que circulase por diferentes puntos de Galicia. Ahora mismo los cineclubs de Vigo, Ourense y Lugo participan en la iniciativa, pero la idea es que se extienda por toda la comunidad", adelanta la directora de Lumière.
