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Talleres para mejorar la inteligencia emocional

Psicólogos imparten este verano dos cursos de psicoeducación: uno centrado en la autoestima y otro en el control de impulsos y de la ira

Emociones como la tristeza y la ira se pueden manejar con psicoeducación.

La inteligencia emocional se define como la habilidad para percibir, asimilar y comprender emociones propias y de los demás, y así poder usar esa información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. Tal y como indica María Ferreiro, psicóloga directora de un gabinete especializado en el tratamiento de trastornos de la conducta en Vigo, "la inteligencia emocional se educa, tú tienes que saber controlar las emociones manejando los pensamientos". Dejarse dominar por las emociones o caparlas produce malestar psicológico y desarreglos que en algunos casos requieren asistencia clínica. En este contexto, el gabinete que dirige esta profesional impartirá este verano dos talleres de psicoeducación: uno centrado en la autoestima y otro en el control de impulsos emocionales como la ira. Ambos van destinados desde adolescentes hasta adultos. "Están indicados para la población en general. Todos deberíamos ´psicoeducarnos´ aun sin tener un problema concreto. Sin embargo, un alto porcentaje de las personas acuden cuando ya se sienten mal consigo mismas o cuando los que los rodean ven que tiene un problema de este tipo".

En el primero de los talleres, el de la autoestima, los asistentes conocerán que significa este concepto y cómo mejorar los pensamientos negativos que normalmente se encuentran tras la baja autoestima. "El lenguaje interior que tenemos con nosotros mismos, incluso inconsciente, provoca que esa autoestima merme. Por ejemplo, si sales a tomar algo con tus amigos y ya sentados en la cafetería se te cae el vaso con el refresco de tu amigo al pasárselo puedes pensar: ´Soy idiota. ¡Cómo puedo ser tan torpe!´ o decirte: ´Vaya, quería ayudarlo y se me ha caído. ¡He de recordar que los vasos con hielos resbalan!´. El peligro está en acostumbrarse a tener ese primer pensamiento y darlo por válido".

En el caso del control de impulsos y de la ira, esos pensamientos negativos son más difíciles de detectar, ya que la propia intensidad de la situación que antecede al acceso de ira, el nivel emocional que inunda al individuo no le deja discernirlos.

Siguiendo un modelo cognitivo conductual, los dos talleres que se impartirán en julio y agosto, durante una hora y media a la semana, abordarán desde un aspecto teórico-práctico cuáles son esos pensamientos y cómo manejarlos. "Los cursos se dividirán por edades adolescentes/jóvenes/adultos, trabajaremos en estrategias concretas que aprenderemos y pondremos en práctica tanto en el grupo como en casa; se pondrán en común pensamientos que uno tiene, ésto puede parecer intimidatorio en un primer momento pero en cuanto la primera persona intervenga, alguno de los asistentes se verá identificado con lo que ha dicho y también intervendrá y al final veremos como aquello que nos parecía raro y que sólo nos pasaba a nosotros no es único".

El objetivo de esta psicoeducación es que la persona se sienta dueña de sí misma, que puede manejar las situaciones sin dejarse llevar por las emociones. "Tan malo es el exceso como el defecto. Lllorar y estar triste no tiene por qué ser malo. ¡Gracias a estos momentos podemos valorar y entender la alegría como tal! La inteligencia emocional nos hace sentir que llevamos el control, el timón de nuestra vida; no debemos capar nuestras emociones sino aprender a gestionarlas", concluye María Ferreiro.

La psicoeducación, una asignatura pendiente en los colegios

  • La psicóloga María Ferreiro considera que la psicoeducación y la educación de la inteligencia emocional deberían estar presentes en los programas oficiales de enseñanza y ser una asignatura más en los colegios. "No he vivido ni he conocido ningún modelo educativo en España que tenga en cuenta la inteligencia emocional como una materia aparte de las otras; se plantea como algo transversal, algo que, por ejemplo un profesor de historia debe tener en cuenta a la hora de dar su asignatura si detecta que un niño se levanta continuamente".Para esta profesional, especialista en el tratamiento de trastornos de conducta en niños, adolescentes y jóvenes, el modelo educativo debería tener en cuenta la importancia de la educación de la inteligencia emocional. "Dejémonos de tanto acumular conocimientos y centrémonos más en la psicoeducación", afirma.Según su criterio, los profesionales que deberían impartir esta materia son los propios psicólogos o psicopedagogos, ya que un maestro no está preparado para ello. "En países del Norte de Europa y en Estados Unidos se está haciendo mucho hincapié en este ámbito; en España cada vez se habla más de esto, se dan charlas, se muestra interés,... pero falta ponerlo en práctica, que los escolares entrenen su inteligencia emocional".

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