Ocho siglos lleva la iglesia de Santiago presidiendo el centro de Bembrive y así quisieron celebrarlo autoridades y vecinos el pasado 6 de mayo con una misa cantada por la coral polifónica Helios y oficiada por el obispo de la diócesis, Luis Quinteiro y el párroco Jesús Pérez Barros.
Tras la liturgia, se bendijo el olivo que permanecerá en el atrio de la iglesia al lado de la placa conmemorativa de este 800 aniversario. Al acto, que finalizó con un concierto del Ateneo Musical de Bembrive, asistieron Abel Caballero, alcalde de Vigo; el concejal de Patrimonio Histórico, Angel Rivas; la alcaldesa pedánea, Concepción Martínez, y representantes de todos los colectivos y asociaciones de la parroquia.
La intención de la Entidad Local Menor es poner en valor el patrimonio de Bembrive y que sean los vecinos los primeros que reconozcan esta joya de la arquitectura románica, por lo que se continuarán organizando visitas para los parroquianos y los alumnos de los centros educativos de la zona.
´Buen vivir´
Los textos más antiguos que citan Bembrive (del latín Bene vívere, ´buen vivir´) nos llevan 1.100 años atrás, a tiempos de Ordoño II. Sin embargo, el edificio actual data del siglo XII y sus transformaciones del siglo siguiente.
Se cree que la iglesia pudo ser creada por el Maestro Rodrigo y junto con la de San Salvador de Coruxo y la de Santa María de Castrelos, conforman el trío de iglesias románicas que se conservan en Vigo.
Sin embargo, es muy probable que anteriormente existiera otro antiguo templo prerrománico de actividad monástica, como así lo podría atestiguar el nombre del barrio donde se asienta la iglesia: Mosteiro (Monasterio).
La iglesia románica es de planta de una sola nave con ábside decagonal y posee tres puertas: la meridional es sencilla y adintelada, y destacan en ella los restos de una figura grabada en la piedra en donde se representa un animal enredándonse sobre unas ramas.
La septentrional se encuentra sobre una portada bien elaborada guardada por dos columnas lisas y engalanadas con dos capiteles, uno de ramas entrelazadas y otra con hojas en forma de espiral. Estas sostienen un arco apuntado de una reforma gótica. Sin embargo, es fácil imaginarse los antiguos arcos de medio punto románicos, ya que se aprecian los pequeños bloques adosados en época posterior que utilizaron para formar los arcos apuntados.
En el tímpano hay una curiosa cruz que más bien se asemeja a un nudo celta o a una triquetra, pero de cuatro puntas, mientras que en su interior, cruces, círculos y espirales componen el conjunto. Estos iconos distribuidos por toda la iglesia podrían ser fruto de un templo de origen paleocristiano y con inspiración celta.
La portada principal es algo más compleja. La forman dos pares de columnas, las del exterior lisas y las interiores son entorchadas. Las exteriores contienen capiteles iguales a los de la puerta septentrional. Los de las columnas de dentro poseen capiteles de figuras animales y vegetales. Podríamos pensar que estas fueron añadidas a posterior, debido a sus diferencias con las otras. La arquivolta sostenida por estas columnas es también diferente, mientras que las exteriores son de la misma factura que las de la puerta septentrional.
