Como si de una búsqueda del tesoro se tratase, el Museo Liste ofrece al público desde el pasado mes de abril la oportunidad de ir encontrando, entre los aperos habituales que pueblan sus salas, la veintena de obras que componen "Apeirarte: licenza para crear", su nueva exposición temporal.
En una suerte de simbiosis entre etnografía y arte, la muestra propone al espectador contemplar las piezas etnográficas desde una perspectiva estética, más allá de su uso práctico, y descubrir sus significados latentes: la armonía de líneas y volúmenes, el equilibro de las formas, el uso de los materiales...
"No nos hemos limitado a hacer una sala ad hoc precisamente para incitar al visitante a recorrer el museo de otra forma, descubriendo poco a poco las piezas que, aunque intervenidas por los artistas, no dejan de formar parte de su entorno etnográfico", explica Araceli Liste, comisaria de la exposición.
Esta búsqueda de vínculos entre la etnografía y el arte, donde el puente es el propio ser humano creador y creativo, comparte raíces con el propio museo, reflejo vivo del amor de la familia Liste-Fernández por la cultura material y espiritual de Galicia.
Así, cuando a principios de los 90 Araceli se plantea la temática de su tesis doctoral tras estudiar Bellas Artes, acaba decantándose por la estética de los aperos del museo que sus padres, Olimpio Liste y Josefina Fernández, habían fundado dos décadas atrás en Oseira.
"Empiezo a reflexionar sobre estos objetos, observándolos más allá de su funcionalidad y de su utilidad y analizando cómo detrás de la mano del hombre está siempre ese punto sensible, artístico, no solo en los elementos propios del arte sino en lo cotidiano, en la experiencia diaria", señala.
Precisamente bajo esta nueva pespectiva nace el Museo Liste de Vigo, "con esa intención de poder observar los objetos como piezas realmente especiales que no están aquí simplemente por su función".
Lo que Araceli empezó a meditar en su tesis doctoral se fue ampliando con aportaciones de aquí y allá -"recogí, por ejemplo, lo que decía Marguerite Yourcenar sobre la importancia del tiempo como escultor"- hasta desembocar en esta exposición en la que 25 creadores han convertido los aperos proporcionados por el museo en piezas artísticas, manipulándolos en mayor o menor medida.
Para el proyecto expositivo, el museo publicó una convocatoria a principios de año, abierta tanto a artistas y artesanos como a personas no vinculadas con el arte. "No quisimos restringir la participación porque nuestra intención era sensibilizar sobre las propias piezas etnográficas y toda la riqueza que entrañan, dejando que cualquiera pudiera traducir al público, a través de su mirada, esa parte sensible, ese componente estético que ocultan los aperos", apostilla la comisaria.
De la exposición, que permanecerá abierta todo el año, el museo publicará en breve un catálogo que dejará constancia sobre el papel de cómo la creación artística se puede servir de la etnografía para materializarse partiendo de un humilde objeto de uso práctico.
