La sala Néctar de la Plaza Elíptica, un nuevo ejemplo de mecenazgo espacial del centro comercial, alberga hasta el próximo 31 de julio una cuidada selección de pinturas y esculturas que el artista Xulio Lago ha creado a lo largo de los últimos diez años.
La diversidad de técnicas y formatos es una de las peculiaridades de la exposición. "La base de mi trabajo es la experimentación, por lo que a lo largo de esta última década han ido surgiendo series completamente diferentes", señala Lago.
Así, se pueden contemplar obras de "Batallas pictóricas", la serie más antigua en la que el artista jugó con el expresionismo abstracto, experimentando con texturas con total libertad, sin ceñirse a una técnica concreta.
De "Óxido fósil" también hay creaciones. Fue la primera incursión de Lago en el acero, durante una etapa en la que trabajó en colaboración con Roberto Brañas y de la que su obra más popular es la Silla de Meira. Insectos gigantes o peces también formaron parte de esta serie, creada con piezas industriales y de chatarrería.
Lago también pasó por una época "blanca", donde se interesó por geometrías muy sencillas utilizando únicamente este color en sus diferentes tonalidades.
En su viaje artístico, actualmente trabaja en la serie "Madera-flexión-torsión", un ejercicio de transformación de este material donde no utiliza el tallado y con el que consigue una plasticidad que recuerda a formas orgánicas.
La selección no fue sencilla, "ya que soy muy perfeccionista", afirma Lago, que sin embargo ha quedado gratamente satisfecho del resultado. "Me siento muy identificado con lo que hay expuesto y supongo que influirá en mi próxima producción, para sacar provecho de lo que he aprendido, ir mejorando y, sobre todo, seguir siendo coherente".
Coherencia es una de las palabras que definen la muestra. "Las personas que han venido a visitarla me dicen que perciben una unidad, que atribuyen todo al mismo autor, y eso es algo que me resulta interesante porque son obras muy diferentes; saltos tanto de técnica como en el aspecto visual", afirma.
Saltos que Lago da en busca de nuevos retos. "Quizá por ser autodidacta, por no tener una formación académica, puedo trabajar con más libertad, sin estar ceñido a unos parámetros que me hagan tener miedo de enfrentarme a diferentes situaciones", explica el artista. "Supongo que llegará el momento, que también me apetece, de depurar todo esto, meterlo todo en una batidora y dejar salir una producción extensa de una obra más unificada", apostilla.
