"Vivimos con una pesadilla", comentaba ayer María Villar Iglesias, la madre del joven vigués Daniel Veloso, que ahora en octubre cumpliría 32 años, y que desde la tarde del 17 de septiembre de 2002 forma parte de la lista de desaparecidos.

De este joven, al que todo el mundo conocía en su barrio vigués de Barreiro, nada se sabe. Sus padres y hermanos, hartos de esperar alguna noticia sobre él, están ya convencidos de que alguien lo mató y después lo enterró. "Lo que nos gustaría saber, como final a nuestra incertidumbre, el porqué y el lugar donde ocultaron su cadáver", señaló a FARO su madre.

Daniel Veloso era un joven con un grave problema de epilepsia -tenía que recibir por ello medicación diaria- y nunca se había visto mezclado con temas escabrosos, según aseguran quienes le conocían bien saben. Su desaparición es un misterio todavía sin esclarecer, pese a las investigaciones que están en manos de la Policía.

Hace ocho meses un joven de etnia gitana que había estado con él en el Colegio Saladino Cortizo les comentó a sus padres que estaba en Madrid viviendo con un grupo de drogadictos, pero todo acabó en nada. El comunicante quizá buscaba un dinero a cambio de mitigar la angustia de su familia y la Policía les aconsejó "que no hicieran caso a nadie".

Inicialmente se apuntaron distintas versiones sobre lo sucedido, pero lo cierto es que ninguna tenía fundamento. Cuatro años después, el caso de este joven sigue siendo una incógnita.