Alerta en una aldea de Ourense al descubrir que un vecino es un triple asesino: «Que se vaya»
Antonio Gali Balaguer salió de la cárcel hace apenas unos meses y este verano se ha afincado en una aldea de A Bola para sorpresa y preocupación de sus vecinos

Antonio Gali, durante el juicio celebrado en Ourense en 2009 / Iñaki Osorio
A. T. B.
En 1982, Antonio Gali Balaguer mató de 17 hachazos en la cabeza al marido de su amante en La Zaida (Zaragoza). Solo dos años después, sin que todavía se descubriera su primer asesinato, allá por el mes de agosto de 1984, mató a una amiga de su hija, de once años, en plenas fiestas de La Cartuja. Le ahogó en la bañera una vez que se negó a callar cómo había abusado sexualmente de ella. Pero solo cumplió un tercio de los 60 años de prisión a los que le condenó la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Entonces, a principios de este siglo XXI, quedó en libertad, pero volvió a ingresar en la cárcel por tráfico de drogas y solo 20 días después de su puesta en libertad volvió a matar. La madrugada del 21 de noviembre de 2005 asfixió a una prostituta y la dejó tirada en la cuneta de una carretera cercana a Maside, en Ourense.
De su tercer crimen, precisamente, han transcurrido 20 años a los que se ha dado 'carpetazo' en términos judiciales con el cumplimiento íntegro de la condena y su salida de la prisión de A Lama (Pontevedra) el pasado mes de marzo. Desde entonces nada se sabía de su paradero hasta que en las últimas semanas se le ha localizado en una remota aldea gallega de nombre San Pedro.

Antonio Gali Balaguer junto a la vivienda en la que asesinó a la pequeña Victoria, en 1984. | ATANES / CASTRO / LOSADA / FDV
Y en una localidad de apenas una decena larga de habitantes, en la misma provincia de Ourense, el revuelo ha sido atronador según han confirmado sus paisanos en declaraciones a El Periódico de Aragón. Porque hasta hace bien poco nadie sabía quién era este septuagenario valenciano cuando arribó entre los meses de junio y julio a San Pedro, una aldea de la parroquia de Berredo, perteneciente al Concello de A Bola. Pero su tranquilidad ha saltado por los aires en los últimos días cuando conocieron la identidad de ese pensionista con muletas al que habían ayudado desde su llegada. "Los vecinos se estaban volcando con él al ver a una persona inválida", confirman en San Pedro. Por eso el primer paso fue comprobar si realmente se trataba de Gali Balaguer. "En el buzón está puesto su nombre", cuentan. Y un rápido vistazo en Google Maps permite encontrar incluso el vehículo con el que ha llegado hasta allí, un turismo de techo blanco y carrocería roja que no requiere de permiso de de conducir.
Medidas de prevención
Desde entonces la población de San Pedro está advertida de su convivencia con este asesino en serie. Su alcaldesa, por ejemplo, se desplazó hasta allí de inmediato para adevertiles de su presencia. Y medidas, aunque solo sean preventivas, ya se han tomado. En el cuartel de la Guardia Civil de Celanova, el puesto al que está adscrito A Bola, se está llevando a cabo un seguimiento de la situación, que en estos momentos pasa por "una vigilancia especial y continua" de los movimientos de Gali Balaguer además de un control de su vehículo. "Se están volcando totalmente (los agentes)", admiten. Y desde el Concello de A Bola se han facilitado recursos de sus Servicios Sociales para los vecinos que necesiten ayuda.

Al fondo, el vehículo con el que Antonio Gali Balaguer llego a principios de verano a la aldea de San Pedro. / GOOGLE MAPS
Es una situación difícil. Y en la aldea de San Pedro lo saben. "Una cosa es lo que quisiéramos hacer, pero otra cosa es lo que se puede", se lamentan. "Estamos muy preocupados. Tenemos a un depredador de estas características en un pueblo tan tranquilo con una población tan envejecida. Es una situación muy preocupante, trágica, incómoda. Nos gustaría tomar otras medidas. Les pedimos que no entren en su casa, aunque tenemos entendido que ahora ya no sale", sostienen.
Los tres crímenes
En estos días de revuelo han tenido tiempo suficiente para comprobar los rastros de huella de Gali Balaguer. Del primer crimen que cometió en La Zaida han conocido que envolvió el cadáver de un pastor en una manta y lo enterró en cal, en un foso de arreglar coches que tapó con ladrillos. De su segundo crimen en el barrio de La Cartuja han conocido que también enterró el cadáver en casa al echarle encima cemento. Y de su tercer crimen en Maside han conocido que acabó con la vida de una prostituta con la que había concertado un servicio sexual a cambio de 70 euros.
Con todos estos antecedentes conviven desde hace unos pocos meses en la remota aldea de San Pedro. Cuentan los rumores que si Gali Balaguer alquiló la vivienda en la que reside "desde prisión". Y se asegura que su morada es propiedad de una persona ajena a San Pedro, pues los propietarios originales la vendieron hace un tiempo.
Aún con todos los quebraderos de cabeza quieren recalcar su "máxima solidaridad" con las víctimas y sus familiares, quienes también han seguido de cerca cualquier noticia sobre el paradero de este asesino en serie. "Los primeros días no era capaz de dormir por la noche. No estamos a gusto", aseveran en San Pedro. ¿Soluciones? "Que se vaya y desaparezca de aquí", desean. Con estos bueyes tienen que arar en la aldea de San Pedro. Y la solución, por el momento, parece muy difícil.
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