Abusos sexuales

El médico de los ‘abrazos cariñosos’ de Zaragoza podría no pisar la cárcel

Reconoció estos abusos a sus pacientes y ha sido condenado a 29 años de prisión | Solo podrá estar en la cárcel tres años ya que ante una condena por varios delitos siempre se aplica el triple de la mayor del más grave

Pedro Florentino González Hernández, antes del juicio.

Pedro Florentino González Hernández, antes del juicio. / Jaime Galindo

L. M. G.

Pedro Florentino González Hernández, el médico de Zaragoza que según él daba abrazos cariñosos a sus pacientes, ha sido condenado a 29 años de prisión. Aunque pueda parecer un castigo elevado, solo podrá estar en la cárcel tres años, que es la pena máxima de cumplimiento que establece el Código Penal en los casos en los que ante una condena por varios delitos siempre se aplica el triple de la mayor del más grave. Pero incluso está la posibilidad de que ni la pise puesto que se le aplique la suspensión extraordinaria que solicitó la abogada defensora Claudia Melguizo y a la que no se opuso la Fiscalía durante el juicio.

Frente a esta opción van a estar los letrados de las dos víctimas de la treintena que no quisieron pactar una reducción de penas y que pidieron tres años de privación de libertad. Alberto Peiró y Miguel Guillén ya anunciaron que recurrirán esta sentencia firmada por el magistrado del Juzgado de lo Penal número 2 de Zaragoza, pues consideran que la pena de prisión impuesta como la indemnización por daño moral (a la mayoría de 700 euros) "son irrisorias".

Pero, además de la condena por lo que hoy se consideraría agresión sexual con la nueva ley del 'solo sí es sí', también se considera que este médico del centro de salud Parque Goya 2 no estaba especializado en ginecología y, por tanto, se le considera autor de un delito de intrusismo por 1.080 euros.

En la sentencia, el juez destaca el 'modus operandi' de este sesentón, quien cualquier excusa le valía para proponer una exploración mamaria a pacientes que habían acudido a su consulta por una depresión, por un problema de espalda o incluso durante una petición de interrupción voluntaria de embarazo.