Solo sí es sí: Otra rebaja de condena a un joven que abusó 7 años de su sobrina en Zaragoza

La Audiencia de Zaragoza califica de vacío legal de la nueva ley

Furgón policial introduce a un delincuente sexual en la Audiencia de Zaragoza.

Furgón policial introduce a un delincuente sexual en la Audiencia de Zaragoza. / EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

L. M. G.

Cuarta rebaja de condena a un delincuente sexual en Aragón tras la puesta en marcha de la conocida como ley del solo sí es sí. En este último caso, la Audiencia Provincial de Zaragoza acuerda quitarle un año de condena a un joven que abusó sexualmente durante siete años de su sobrina menor de edad. Los magistrados justifican la reducción ante «el vacío legal» existente «al no ser aplicable ninguna disposición transitoria sobre revisión de sentencias firmes para la aplicación de la ley penal más favorable pues la ley orgánica (la del solo sí es sí) no las contiene». La condena pasaría de 13 años y medio de cárcel a 12. 

Pero los jueces de la Sección Primera del tribunal provincial van más allá en las críticas a la polémica normativa, pues señalan que el «artículo 2.2 del Código Penal establece que tendrán efecto retroactivo aquellas leyes penales que favorezcan al reo, aunque al entrar en vigor hubiera recaído sentencia firme y el sujeto estuviese cumpliendo condena». «El artículo 49 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea establece que si con posterioridad a la comisión de la infracción, la ley dispone una pena más leve, deberá ser aplicada ésta», insisten. 

De esta forma da el tribunal la razón al abogado defensor de Edgar Patricio Ochoa Guaman, el penalista José Cabrejas, que interpuso el primer recurso en ser notificado en la Audiencia zaragozana. 

Edgar Patricio Ochoa comenzó a abusar de su sobrina cuando ella tenía 7 u 8 años. Llevaba a la pequeña en un vehículo a un campo cercano al del fútbol de Villamayor (Zaragoza) y, una vez allí, le quitaba la ropa, le efectuaba tocamientos y se masturbaba en su presencia. 

Cuando la menor inició el instituto, e incluso antes, comenzó a meterle los dedos en la vagina y le decía que si no se lo permitía le contaría a sus padres y a sus amigos lo que hacía y difundiría las fotos y vídeos sexuales que le hacía. Al cumplir los 12 años, el condenado comenzó a tener relaciones sexuales completas con ella. Estos hechos se prolongaron hasta el 28 de julio de 2014. Dos días más tarde, fue detenido. 

El ahora condenado amenazaba a su sobrina con difundir las fotos y los vídeos que hacía y con contarle lo ocurrido a sus padres. Estos hechos se prolongaron hasta que la mujer del acusado le comunicó a la madre de la menor que había visto a su hija y a su esposo juntos, ante lo cual, y después de interrogar a la niña, esta confesó los hechos y posteriormente su padre lo denunció. Edgar Patricio Ochoa, para facilitar los encuentros y poderse comunicar con la menor, a la que sus padres le habían quitado el móvil por falta de rendimiento escolar, le regaló dos teléfonos móviles. El caso se destapó cuando la mujer del acusado manifestó a la madre de la menor que habían visto a su hija con su marido.