Robo de Atrio

El juicio de Atrio dará luz sobre el paradero de las botellas de vino

El Juzgado número 4, que instruye el caso, decreta la apertura de vista oral. La fiscalía pide cuatro años y medio de cárcel y la defensa, la absolución

Jose Polo y Toño Pérez, el pasado 24 de agosto, cuando fueron a declarar al juzgado por el caso Atrio.

Jose Polo y Toño Pérez, el pasado 24 de agosto, cuando fueron a declarar al juzgado por el caso Atrio. / CARLA GRAW

Miguel Ángel Muñoz Rubio

El lugar donde fueron a parar las 45 botellas de vino valoradas en 1.648.500 euros, que fueron robadas de la bodega del restaurante Atrio en la madrugada del 27 de octubre de 2022, podría estar más cerca de conocerse. Al menos se ha dado un paso de gigante después de que el Juzgado Número 4, que instruye el caso más mediático de la historia de Cáceres, dictara ayer un auto por el que se decreta la apertura de la vista oral en el procedimiento que se sigue contra los dos acusados por el robo en el restaurante Ralais&Chateaux, al entender que existen indicios de delito.

La jueza, Aida María de la Cruz de la Torre, ratificó igualmente la medida cautelar de los dos acusados de robo con fuerza en las cosas en establecimiento abierto al público al no haber variado las circunstancias que determinaron en su momento la medida cautelar de prisión provisional. Una vez esté presentado el escrito de defensa se remitirán las actuaciones penales a la Audiencia Provincial de Cáceres y con ello se dará por finalizada la fase de instrucción. 

Los encausados, Constantin Dumitru, de 48 años, y Priscila Lara Guevara, de 29 años, ambos detenidos en Croacia, están acusados de haber robado de la bodega del restaurante Atrio de Cáceres, entonces con dos estrellas Michelín, a la que se ha sumado una más en 2022, un total de 45 botellas por un valor de 1,6 millones de euros y que aún no se han recuperado.

De las 45 botellas sustraídas, 38 son Romanée Conti, con un precio medio de 12.000 euros en la carta del restaurante cacereño; un Montrachet Grand Cru 1999 Magnum, con un valor de 25.500 euros, y «la que más dolió» a los gerentes de Atrio, Toño Pérez y José Polo, un Chateau d’Yquem de 1806, valorada en 310.000 euros.

Por su parte, en declaraciones a este diario, Sylvia Córdoba, abogada de los acusados, explicó ayer tarde que su despacho se encuentra «a la espera de tener acceso esta semana al expediente telemático íntegro para poder preparar bien nuestro escrito de defensa y dejarlo presentado cuanto antes para que el juzgado remita todo el procedimiento a la Audiencia Provincial. Allí lo repartan a la sala que le toque, dicten el auto de negación de pruebas y fecha para juicio». Córdoba pedirá para sus defendidos la absolución, al considerarlos inocentes.

La petición de la fiscalía

La fiscalía ha pedido cuatro años y medio de cárcel y 1,6 millones para los acusados, tal como recoge el escrito de acusación del ministerio público, presentado el pasado mes de noviembre. En ese escrito se indica que «la pareja, puesta de común acuerdo y guiada por el ánimo de lucro, se alojó en el hotel el 26 de octubre con la intención de acceder a la bodega y hacerse con vinos de elevado valor, entre ellos la botella de Chateau d’Yquem valorada en 350.000 euros».

Así, tras cenar en el restaurante, la Constantin y Priscila realizaron una visita guiada a la bodega y sobre las 00.20 horas subieron a su habitación. Dos horas más tarde, a las 2.10 horas y el 27 de octubre, la acusada llamó a recepción pidiendo una ensalada e interesándose por el tiempo en el que tardaría en ser servida. El empleado le comunicó que estaba solo y que tardaría 10 minutos en poder llevarle la ensalada.

De esta forma, el acusado aprovechó el momento para dirigirse a la recepción y coger una llave electrónica «con la que acudió a la bodega», no obstante, no pudo abrirla porque no era la adecuada. Así que la acusada, de nuevo, llamó a recepción para pedir un postre y entonces en ese intervalo, el acusado volvió a bajar para apoderarse de la llave maestra. Con ella abrió la bodega, accedió a la sala de catas y se apoderó de las 45 botellas. A las 6.00 horas la pareja abandonó el hotel.

Por este millonario robo los presuntos ladrones no fueron detenidos hasta julio de 2022 en el puesto fronterizo croata de Karasovici Sutorina, procedentes de Montenegro, gracias a una trabajo de investigación y coordinación de la Policía Nacional en colaboración con agentes de Europol e Interpol, y la Policía Fronteriza de Croacia. Los investigadores concluyeron que para el robo, que pudo ser por encargo, la mujer se registró con un pasaporte falso para dormir en el hotel del restaurante y cenar esa noche con otra persona.

La investigación del robo apunta a Rusia, o más bien a ciudadanos rusos. El ladrón, Constantin Gabriel Dimitru, y su compañera habrían vendido la mayor parte del botín a un grupo de ciudadanos rusos, según ha sabido CASO ABIERTO, canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.