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Juicios

Crimen de Trujillo: "Estábamos peleando, no quería matar a mi hermano"

El acusado defiende que no fue premeditado: "Me clavó el cuchillo y me volví loco" | La fiscalía pide 15 años y la defensa que se rebaje a 4 por homicidio imprudente

El acusado J. J. P., durante el juicio en la Audiencia Provincial de Cáceres. Carla Graw

"No quise matarle, estábamos peleando, me clavó el cuchillo y me volví loco". Con voz entrecortada y a respuestas breves y en ocasiones contradictorias a la fiscalía, declaró este lunes J. J. P, el vecino de Trujillo (Cáceres) acusado de acabar con la vida de su hermano a golpes hace dos años.

El juicio con jurado popular, tal y como ocurre en las causas de homicidio, arrancó finalmente este lunes en la Audiencia Provincial una semana después de que se reunieran las partes y los candidatos al tribunal expusieran sus alegaciones. La vista comenzó pasadas las doce y en primer lugar, los nueve miembros del jurado escucharon los alegatos de la acusación y de la defensa, ejercida por el turno de oficio.

Fiscalía pide 15 años de prisión por homicidio y su abogado Antonio Luis Díez reclama que se le rebaje la condena a 4 años de cárcel por homicidio imprudente. Se da la circunstancia de que el acusado lleva en prisión desde que fue detenido por los hechos, es decir, desde 2020. De forma previa, ya había cumplido una condena anterior de 17 años por otro delito que la defensa no precisó.

En este caso, el tribunal popular no debe dilucidar en su veredicto si es culpable o no, ya que el acusado ha reconocido los hechos, sino determinar si hubo intencionalidad en la muerte.

Así, tras los alegatos de las partes, los magistrados de la sala llamaron a declarar al acusado, que en todo momento manifestó su consternación por lo ocurrido e incluso llegó a pedir perdón a la Sala. A preguntas de la fiscal, se mostró contradictorio, dubitativo e impreciso. Alegó al respecto "pérdidas de memoria" debido al consumo de medicamentos. En todo momento, lamentó el suceso y centró su defensa en reiterar que su intención no fue en ningún momento acabar con la vida de su hermano.

Previamente, su letrado alegó que la dinámica que se daba entre ellos es que "discutían mucho pero que luego hacían las paces" y aseguró que el fallecido A. P. mantenía disputas con varios miembros de la familia, entre ellos una de sus hermanas, que tenía interpuesta una denuncia contra él, y había perdido la custodia de sus cuatro hijos por problemas con las drogas. De hecho, añadió que la discusión que provocó la fatídica pelea se produjo por reproches mutuos sobre el cuidado de su madre, que se encuentra en una residencia, y que aquella noche ambos se encontraban bajo los efectos del alcohol.

En esa línea, J. J. P argumentó que fue su hermano quien empezó la pelea y añadió que en el transcurso del forcejeo le "quitó el cuchillo" con el que le había apuñalado en la cara y le propinó "tres puñetazos". El escrito del ministerio público, por el contrario, sostiene que el acusado le dio a la víctima puñetazos en la cara, patadas en la cabeza e incluso le golpeó la cabeza contra el suelo.

Tras su testimonio, estaba previsto que comparecieran los dos testigos que estuvieron presentes la noche de los hechos. Uno de ellos ha fallecido durante la instrucción, por lo que la Sala autorizó que se reprodujera una grabación sobre su primer interrogatorio en sede judicial. El juicio se prolongará a lo largo de esta semana. Tras el veredicto del jurado popular, la Sala impondrá la pena correspondiente.

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