Atracones y comilonas
El 'Rey del Simpa' vuelve a ser detenido en Zaragoza: "¿Me van a dar de comer?"
Miguel Ángel Grimal Marco acumula más de 60 delitos leves por irse de locales sin pagar | Tras ser puesto en libertad se dirigió a una hamburguesería para volver a reincidir

Antonio Miguel Grimal Marco, el 'Rey del Simpa', juzgado por estafa en Zaragoza.
L. M. G.
Miguel Ángel Grimal Marco, más conocido como el Rey del Simpa, se supera a sí mismo. El miércoles fue detenido hinchándose de comer por la cara en un bar de Zaragoza e inmediatamente fue llevado ante el juez, que ordenó su puesta en libertad.
Una libertad que utilizó este mismo jueves para pasarse por una hamburguesería e incurrir de nuevo en su manía de alimentarse abundantemente por cuenta ajena. Así es como ha conseguido acumular en torno a 60 antecedentes por estafa leve.
La primera de las dos últimas detenciones se llevó a cabo a las 11.00 horas, en el bar Parque de los Príncipes de la calle Condes de Aragón. Allí comió por valor de 9,60 euros que evidentemente no abonó, aunque fue descubierto y detenido.
Su periplo gastronómico continuó en el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia, adonde fue conducido a las nueve de la mañana de ayer. Y lo primero que hizo, ya en el calabozo, fue interesarse por saber si le iban a dar de comer, según un testigo presencial.
Un cliente lo reconoce
No se tiene constancia de si finalmente pudo tomar algo o no. Lo que sí se sabe es que, tras ser puesto en libertad sobre las 14.30 horas, se dirigió a la hamburguesería Cebrián del Actur, muy cerca del órgano judicial.
En ese lugar, uno de los clientes advirtió a los camareros de que la persona a la que estaban sirviendo suculentas raciones era nada menos que el Rey del Simpa. Les dijo que lo sabía porque había visto su foto en los periódicos y lo había reconocido sin problemas.
Por este motivo, el personal llamó a la Policía, que lo volvió a detener y a conducir de nuevo al juzgado de guardia.
Miguel Ángel Grimal Marco se especializa en atracones y comilonas. Devora platos y bebe de lo mejor, pero toma siempre la precaución de que la cuenta no suba por encima de los 400 euros. Con ello se garantiza que, en el caso de ser detectado y detenido, lo que ocurre con frecuencia, solo se le pueda atribuir un delito leve de estafa, de forma que elude sistemáticamente la cárcel. Para él, no pagar por comer es una forma de vida que extiende a otras actividades, pues recientemente le multaron por no pagar un taxi.
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