La premeditación es una de las características de los asesinatos y el que ocurrió el jueves por la noche así lo atestigua. Alie, un gambiano de 42 años residente en el zaragozano barrio de Delicias, murió cosido a puñaladas en la escalera del número 29 de la calle Don Pedro de Luna en la que vivía. Quien le asesinó, su excuñado, viajó de Barcelona a Zaragoza armado, le mató, se cambió de ropa y consiguió fugarse. La Policía Nacional trata de localizarle y detenerle, aunque una de las opciones que barajan es que ha salido de la ciudad.

La brutal agresión se produjo poco antes de la media noche. La víctima se encontraba en el interior de su domicilio junto a su hermano mayor, Chima, cuando, de repente, recibió una llamada al teléfono. Le conocía. Salió en chancletas y con las llaves en la mano, bajó las escaleras y ahí fue donde el sospechoso comenzó a asestarle puñaladas hasta dejarlo sin posibilidad de supervivencia. «Cuando escuché los gritos, me asomé corriendo y estaba ahí tirado envuelto en sangre», explicó el hermano de la víctima mortal a este diario.

Hasta esta calle situada cerca del paseo Calanda y la avenida Madrid se trasladó la UVI de los Bomberos de Zaragoza además de agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que pronto dieron paso al Grupo de Homicidios tras certificarse la muerte de Alie, de 42 años, quien presentaba un gran número de cuchillas, especialmente una muy profunda en el abdomen. De ahí esa gran pérdida de sangre como causa inicial del fallecimiento. En paralelo, los agentes de Seguridad Ciudadana activaron un dispositivo de busca y captura para tratar de dar con el sospechoso porque se fue corriendo por la calle Graus hacia San Genis, accediendo al bar Don Cuco, donde llegó a esconderse y lavarse en los baños.

Antes de introducirse por la parte trasera de este establecimiento hostelero con terraza en el paseo Calanda se desprendió de la chilaba azul de estilo africano que estaba impregnada en sangre de la víctima y del cuchillo, según pudo saber El Periódico de Aragón. Los dejó debajo de una furgoneta, si bien los agentes rápidamente encontraron estos enseres en mitad de la noche. El arma empleada no es ni un cuchillo de cocina, ni un machete, sino una especie de puñal con doble filo.

Chima, el hermano de la víctima abandona la vivienda por las escaleras en las que mataron a su familiar. ANDREEA VORNICU

Con quien no dieron fue con el asesino. Y eso que hicieron todo lo posible para conseguirlo, preguntando incluso en todas las cafeterías cercanas sobre si habían visto a una persona de las características físicas del sospechoso. En el bar Don Cuco, según explicaron desde este establecimiento, el hombre accedió por la parte trasera sin que nadie le viera y bajó al sótano en el que se encontraban los servicios. Allí permaneció un buen tiempo quitándose cualquier mancha de sangre que pudiera descubrirle, aunque estuvieron a punto porque una de las camareras entró y le vio escondido. Este salió de allí tranquilamente y se perdió su rastro entre la decena de terrazas llenas de clientes entre consumiciones para refrescarse del calor de estos días.

El Grupo de Homicidios mantiene activado el dispositivo de búsqueda para intentar dar con el asesino, aunque pudiera ser que hubiera abandonado la capital aragonesa. No en su coche, que se lo dejó en la calle del crimen, en el número 75-77, y que ayer fue analizado por la Unidad Canina del Cuerpo Nacional de Policía.

Antes sí residía en la ciudad con su exmujer con la que tiene varios hijos, si bien ella le denunció por violencia machista y un juzgado de violencia sobre la mujer interpuso una orden de alejamiento. A la vez él dejó de saber cuál era su paradero. Una circunstancia que, según pudo saber este diario, tenía enfrentado al sospechoso con la víctima y el resto de la familia. Una circunstancia que podría estar detrás de este crimen.

No obstante, la investigación policial está todavía en sus inicios. El cadáver se encuentra en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) donde se le practicó la autopsia y en la que ahora los especialistas tendrán que determinar el número exacto de puñaladas y cuáles fueron las que comprometieron su vida. La causa de la muerte es evidentemente de etiología homicida y muy posiblemente por shock hemorrágico.